EMILIANO YACOBITTI / Diputado Nacional de Juntos por el Cambio
2023 tiene que ser el año en que los argentinos comencemos a dar vuelta la página de la crisis y la decadencia permanente a la que nos llevó el kirchnerismo generando una grieta artificial, tóxica y nociva para la democracia. Tenemos que saber interpretar a una mayoría social que nos reclama un cambio de época, sabiendo que enfrentamos una fuerza política que hace muchos años acumula poder violentando las instituciones y algo que es el corazón de la democracia: las pautas que fijan la competencia electoral.
La manipulación de las reglas electorales para darle ventaja a un partido contra el resto produce siempre una restricción a la libertad de la ciudadanía, que no puede elegir libremente, sino que termina presa de una cancha inclinada.
Frente a este gravísimo hecho Juntos por el Cambio tiene como bandera innegociable el ejercicio real de la libertad, contra el paternalismo kirchnerista.
En momentos de profunda crisis del vínculo de la sociedad con la política, tenemos que redoblar esfuerzos para que el ejercicio de la libertad de poder elegir a los mejores representantes sea efectiva y no sume otra decepción más. Esta libertad se vulnera si se confunde al elector con las anacrónicas boletas sabanas horizontales. Se pretende que el candidato a presidente en la primera parte de la boleta sábana esconda otras cuatro boletas de autoridades que no tienen nada que ver con el nivel nacional.
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No podemos ofrecerle una salida a los jóvenes que están hastiados de un pais que no les brinda oportunidades, si reproducimos las trampas del kirchnerismo. Lo que único que hacemos es incrementar la desafección hacía la política y que crezcan las opciones extremas.
Nuestro compromiso con la libertad nos obliga a confiar en la libre expresión de los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires que (salvo una vez) siempre votaron sus autoridades en elecciones separadas de las nacionales.
Retroceder en este derecho es también retroceder en una autonomía que, aunque consagrada en las dos Constituciones, está permanentemente amenazada.
No es casualidad que, el menemismo primero y el kirchnerismo después, atacaran la autonomía porteña cada vez que pudieron. Buscan que los porteños seamos ciudadanos de segunda. La subestimación a nuestra capacidad de poder decidir qué hacer con el lugar en que vivimos tiene múltiples manifestaciones. La más brutal fue ejecutada en el medio de la terrible pandemia del Covid.
Por eso no alcanza con decir qué somos distintos. Desde Juntos por el Cambio tenemos que ser contundentes para contrastar en hechos concretos con esa visión que discrimina a los porteños.
Frente a un kirchnerismo cuyos miembros están orgullosos de ser “soldados” de un liderazgo, tenemos que mostrar que en una democracia plena el dedo autoritario es remplazado por el gesto esperanzado de quien vota libremente y a conciencia, reflejándose sin ningún tipo de alteraciones, impedimentos o trampas la voluntad popular.
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Frente a los acuerdos de cúpula que terminan produciendo grupos cada vez más aislados de la sociedad, tenemos que impulsar nuevos liderazgos que no sólo se legitiman sino que también se potencian, a través de mecanismos participativos como las PASO. Este proceso ordena, oxigena y renueva a la política como lo demuestran el ascenso de figuras como Martín Lousteau, Maximiliano Pullaro, Carolina Losada, Rodrigo De Loredo, Martín Tetaz o Facundo Manes.
Frente a la improvisación en la toma de decisiones que nos condenan a un país sin rumbo, tenemos que ratificar que vamos a cumplir con nuestros compromisos electorales.
Desde hace muchos años Juntos por el Cambio impulsa la adopción de la boleta única. Fue un compromiso de campaña en 2015 y en los años sucesivos, a nivel nacional y también en las campañas de la Ciudad.
Por eso el presidente Macri lo impulsó en el Congreso de la Nación, se aprobó en Diputados, pero el kirchnerismo lo cajoneó en Senadores donde tiene mayoría. Nuestros bloques dieron el debate, contando las experiencias exitosas de implementación en diferentes provincias y acompañaron unánimemente la iniciativa.
Este año no hay excusas para que en la Ciudad de Buenos Aires sigamos votando nuestras autoridades sin boleta única, por la especulación de un arrastre de las elecciones nacionales por sobre las porteñas. El compromiso de Juntos por el Cambio con la libertad y la autonomía de los porteños no puede ser intermitente.
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Como hicieron en Salta o en Santa Fe, puede votarse para cargos locales con boleta única el mismo día que los cargos nacionales se eligen con la vieja modalidad. Las ventajas de la boleta única las conocemos y las defendimos todos los dirigentes de Juntos por el Cambio.
Es más económico para el Estado porque requiere una menor cantidad de dinero destinada a la impresión de las boletas. También es más justo: evita problemas como el hurto de boletas en el cuarto oscuro y mejora las posibilidades de monitoreo electoral por parte de los partidos políticos más pequeños. A su vez es más transparente porque evita el voto en cadena y al utilizar mucho menos papel, también es más amigable con el ambiente.
Sólo depende de nuestra voluntad para llevar a cabo una verdadera transformación de las prácticas políticas en nuestro país, teniendo prioridad las que hemos realizado un compromiso expreso con la ciudadanía para impulsarlas.
Honrar compromisos públicos es como se materializa el lazo representativo con los ciudadanos, y defenderlos e impulsarlos es el desafío contra el cual se miden los verdaderos liderazgos.