Por NANCY MONZÓN y LEOPOLDO SANTUCHO / Directores de la consultora Inteligencia Colectiva
Por primera vez en más de 15 años los dos principales líderes políticos del país no figuran en las listas presidenciales de sus respectivos espacios. Esto que en las vísperas había suscitado una fuerte disputa por los encabezamientos, se resolvió de manera distinta en cada alianza. En el peronismo se resolvió con la elección de Sergio Massa como candidato de unidad y en Juntos por el Cambio se resolverá en Primarias Abiertas entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.
Estuvimos ante otro cierre en el que hasta último momento no se definían los candidatos/as, algo que sucede habitualmente porque las
negociaciones se suelen estirar hasta el último minuto. Éste resultó un trámite reñido en el que los negociadores se vieron en el dilema de sacrificar propios para ceder espacio para los aliados y, en otros casos, de buscar nombres para completar las listas. Llamaron la atención las tensiones, declinaciones y sobre todo la sorpresiva elección del precandidato oficialista.Muchos de los que se enfrentan hoy en las dos principales listas, tanto en el oficialismo como en la oposición han compartido nómina en otras elecciones. Tenemos que recordar que el Frente Renovador llevó candidatos del PRO entre sus listas y viceversa, esta entre otras
operaciones que enfrentaron a quienes hoy comparten alianza. Al mirar las listas podemos seguir sosteniendo esa frase atribuida a Getulio Vargas que dice que en política nadie es lo suficientemente amigo como para volverse enemigo, ni nadie es lo suficientemente amigo como para volverse enemigo.Detalles el plan de gobierno de Leandro Santoro para la Ciudad
La evaluación en la previa ponía a Massa y Scioli como los candidatos mejor posicionados para hacer frente una elección general, pues, en la
previa al cierre ambos contaban con similares niveles de aceptación y un alto índice de conocimiento. Aunque, Wado De Pedro, con alto desconocimiento, era el de mayores probabilidades de recibir los votos de Cristina Fernández de Kirchner.Ante este escenario, Massa, cuya imagen está fuertemente condicionada por el desempeño de la economía, también enfrenta el desafío de
llegar y contener el voto duro del kirchnerismo.No obstante, algunos hechos que se confirman con este panorama son auspiciosos para el candidato oficialista. El primero es que las PASO de Juntos por el Cambio dará resultados divididos entre dos precandidatos fuertemente enfrentados. El desgaste de una competencia feroz en Juntos por el Cambio, representa una potencial ganancia para el dirigente renovador.
Por otra parte, Massa representa una imagen sobria que puede resultar tentadora para el sector más moderado del electorado. Una imagen que confronta con la idea ampliamente difundida de radicalización con la que se asocia al kirchnerismo.
Así también, el hecho de que el oficialismo haya llegado a un acuerdo y que la persona sea el mismísimo Ministro de Economía, debe leerse
como un mensaje al mercado y a los sectores del empresariado. Esto habla de un alto grado de acuerdo interno dentro de la alianza gobernante y son señales sobre el rumbo, en particular de cara a los desafíos en materia de deuda con el FMI.En la mañana del lunes después del cierre los mercados abrían con una fuerte tendencia alcista y algunos de los dirigentes empresarios
atribuyen a la aparición de Massa en el panorama electoral. Según esta lectura, los mercados respondieron positivamente a la señal del peronismo.En el cierre reapareció la figura del dirigente piquetero Juan Grabois, que se muestra como una opción radicalizada y que funge como
depositaria del descontento de una parte del voto duro kirchnerista ante la elección de Massa como precandidato oficialista.Debemos mencionar la tercera fuerza en puja sin ningún anclaje territorial, a la que parece no alcanzarle para entrar en la pelea definitiva. Hablamos de la irrupción de Javier Milei, que sigue suscitando la pregunta acerca de a quién le resta votos. Esta es una pregunta que deberemos responder para entender la dinámica de la disputa en la campaña.
En una nota aparte debemos mencionar que algunas de las elecciones provinciales vienen mostrando un crecimiento del ausentismo electoral.
Por esto, los candidatos presidenciales deberán competir por igual contra una fuerte apatía y abulia. Este hecho merece un análisis en sí mismo, que esperamos aportar en una próxima entrega.