El monumento nacional más antiguo de Argentina es la famosa Pirámide de Mayo, ubicada en el centro de la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, la Catedral y el Cabildo.
Según los historiadores, la torre fue inaugurada, con carácter transitorio, el 25 de mayo de 1811. El objetivo era estrenarla durante la celebración del primer aniversario de la Revolución de Mayo.
De todas formas, la Pirámide de Mayo no solo se mantuvo en pie durante los últimos 213 años, sino que también ha tenido grandes modificaciones y hasta abandonó su ubicación original.
La Pirámide de Mayo se convirtió en el primer monumento patrio a principios del siglo XIX, cuando las autoridades del país encargaron, en marzo de 1811, la construcción de una estructura para celebrar el primer aniversario de la Revolución de Mayo.
Luego de tomar la decisión, se contrató al artista Francisco Cañete, quien trabajó durante dos meses para diseñar el monumento, que tenía una estructura hueca de adobe cocido, acompañada por 500 ladrillos.
Finalmente, la torre estuvo disponible para la gran celebración, que contó con la asistencia de cientos de vecinos y eventos de todo tipo.
Pero, según cuenta Billiken, Cañete no llegó a terminar la Pirámide de Mayo en su totalidad antes del evento. Por lo tanto, el diseñador continuó con los trabajos luego de la fiesta del 25 de mayo de 1811.
A pesar de que la Pirámide de Mayo es el monumento nacional más antiguo de Argentina, en la estructura que se puede apreciar que la que vemos hoy no es la original. Es decir, corresponde al nuevo formato, diseñado en 1856.
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Sucede que 25 años después de su inauguración, la torre se encontraba muy deteriorada. Entonces, bajo el mando de un nuevo artista (Prilidiano Pueyrredón) se decidió construir una nueva pirámide sobre los cimientos de la original.
Y, además de trabajar en la modernización del monumento, también se realizaron diferentes modificaciones. Una de la más clara fue la colocación de una estatua de la Libertad, que tiene 3,6 metros de longitud.
Un dato muy importante a tener en cuenta es que durante los primeros 101 años de historia de la Pirámide de Mayo, esta se encontraba mucho más cerca del Cabildo, en una de las dos plazas que estaban delimitadas por la antigua Recova.
Es decir, hasta 1883 la actual Plaza de Mayo estaba dividida en dos mitades, que eran conocidas con nombres distintos. Es decir, el sector ubicado frente a la Casa Rosada se llamaba Plazoleta del Fuerte y, por otro lado, el espacio verde frente al Cabildo era la Plaza de la Victoria (ubicación original de la pirámide).
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Por lo tanto, 29 años después de la demolición de la Recova y la unión de las dos plazas bajo el nombre de Plaza de Mayo, se decidió trasladar el monumento nacional más antiguo de Argentina al centro de la misma.
En total, cientos de trabajadores participaron en el histórico desplazamiento de 63,17 metros, que demoró ocho días, entre el 12 y el 20 de noviembre de 1912.
Por último, la Pirámide de Mayo se ha mantenido en el mismo sitio hasta la actualidad y en 2007 recuperó cuatro estatuas adicionales, que pertenecían al diseño original.
Y, en cuanto a la estructura, durante el último siglo solo recibió algunos trabajos de mantenimiento y modernización, que estuvieron acompañados con la evolución de la plaza en donde se encuentra.
El monumento nacional más antiguo de Argentina no solo es de gran importancia para la ciudad en donde se ubica, sino que también es una pieza reconocida por todos los habitantes del país e incluso de otras naciones.
Por lo tanto, no es sorpresa que, con el paso de los años, la Pirámide de Mayo tiene otras réplicas en las ciudades de Campana y Escobar, en la provincia de Buenos Aires, Buenos Aires; en Villa Elisa, provincia de Entre Ríos; en La Punta, provincia de San Luis; San José de Mayo, Uruguay; Betanzos, España; y Potenza Picena, Italia.