La Policía de la Ciudad desmanteló una organización delictiva familiar dedicada a hackear billeteras virtuales y transferir el dinero a otras cuentas, llegando a cometer una estafa de más de 30 millones de pesos.
Los cuatro acusados de las ciberestafas quedaron detenidos y a disposición de la Justicia. Todos eran integrantes de una misma familia. “El jefe” tenía antecedentes por este tipo de delitos.
El ministro de Seguridad porteño Waldo Wolff destacó que “se ha logrado desbaratar una banda de estafadores de un delito que, lamentablemente, es lo que se viene”.
En agosto del año pasado un residente en Tandil denunció que le habían vulnerado su correo electrónico. Así tomaron control de algunas aplicaciones que tenía en su celular, entre ellas, una de inversiones.
Una vez que accedieron a la misma, transfirieron 30 mil dólares. La convirtieron a moneda nacional a través de la venta de dólar MEP. Eso lo enviaron a distintas cuentas bancarias para realizar el retiro de gran parte de ese dinero en efectivo, unos 31 millones de pesos, en una sucursal bancaria de la Ciudad de Buenos Aires.
Cuando la víctima se percató que había perdido el control de su correo y que le habían cambiado la contraseña del fondo de inversión, logró reestablecerla a través de la propia aplicación, pero los delincuentes volvieron a hackear las aplicaciones y comenzaron a enviarle repartidores a su domicilio y a llamarla por teléfono para amenazarla.
Fue entonces que el fiscal Lucas Moyano solicitó la intervención de la Policía de la Ciudad para dar con los autores del delito.
Como resultado de la investigación, se corroboró que, detrás del ilícito, se encontraba una organización criminal compuesta por familiares y allegados, donde el principal investigado poseía antecedentes por estafas reiteradas.
Los investigadores realizaron un análisis exhaustivo de las operaciones bancarias. Pudieron establecer que algunas de las cuentas que recibieron parte de los fondos robados se encontraban bajo la titularidad de familiares y allegados de los criminales, una familia organizada para realizar estafas informáticas y desvío de fondos.
Asimismo, se examinaron las direcciones IP de las cuentas que recibieron dinero y los impactos de las antenas telefónicas, lo que permitió determinar que los lugares de retiro de efectivo y las personas investigadas coincidían.
Como consecuencia, la Justicia solicitó cuatro allanamientos en los barrios de San Telmo y Balvanera, y la detención de los cuatro implicados, entre ellos el principal investigado y dos mujeres de la familia.
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El principal imputado contaba con numerosos antecedentes penales por falsificación de documento privado, asociación ilícita (formaba parte de una banda dedicada a las estafas mediante tarjetas de crédito), encubrimiento agravado por el que le habían dictado prisión preventiva, hurto, fraude y falsificación de moneda, cometidos entre 2002 y 2016.
A su vez, las autoridades secuestraron diez celulares, más de 700 mil pesos, más de 5 mil dólares, nueve notebooks, 19 tarjetas, dos CPU y documentación de interés para la causa.
También, encontraron un revolver Smith and Wesson calibre 357 Magnum, lo que le significó a la cabeza de esta organización, una imputación más, en este caso por tenencia ilegal de arma de guerra.