Navegador o aplicación: ¿qué opción beneficia más al usuario?

En el mundo interconectado en el que vivimos, donde hay prácticamente más celulares que personas, nos surgen muchas dudas en el día a día vinculadas a cuál es la mejor forma de movernos por la red. Una de las cuestiones que están encima de la mesa es la dicotomía entre navegador o aplicación. Son muchas las empresas u organizaciones que tienen presencia en línea de las dos maneras y ofrecen los mismos servicios, pero con ligeras diferencias. En este artículo, analizaremos las funcionalidades y características de cada una de ellas.

Ejemplo de lo comentado lo podemos ver a través de plataformas especializadas en el casino, que acogen una amplia variedad de juegos online como la ruleta o el blackjack. Disponen tanto de un sitio web a través de la URL como de acceso directo para escritorio de los teléfonos móviles. Dependiendo de varios aspectos, encajará mejor una apuesta u otra. Si se accede con cierta asiduidad, es mucho más rápido y efectivo apostar por las apps que abrir y buscar cada vez la dirección que corresponda.

FUNCIONAMIENTO DIFERENTE

También según el tipo de actividad que se quiera realizar, encajará mejor el navegador o la aplicación. Cabe tener en cuenta, antes de lanzarse, que las plataformas ocupan un espacio dentro de la memoria del dispositivo, así que, si el almacenamiento es una preocupación, uno se tendrá que decantar obligatoriamente por las páginas web. Por el contrario, teniendo en cuenta el servicio ofrecido, las apps pueden dar resultado sin conexión una vez instaladas, como consultar mapas o entrar en algunos títulos de videojuegos.

La interactividad es otro de los puntos diferenciales. Las aplicaciones ofrecen una experiencia al usuario más bidireccional y personalizada que la mayoría de las páginas web, aunque evidentemente existen excepciones. Además, las primeras dan opción a realizar actividades en concreto mucho más directas. Si tomamos de ejemplo la reserva de una habitación de hotel desde un smartphone, en la gran mayoría de las ocasiones, el trámite final de confirmación y de pago se dará en la plataforma, no a través de la página en cuestión.

Vinculado con el punto anterior, es de obligada mención las conocidas como funciones avanzadas. El dispositivo móvil dispone de características únicas a las que los portales descargados tienen acceso, siempre que se les dé el correspondiente permiso para ello. Estamos hablando del uso de la cámara, del micrófono, de los sensores o de la geolocalización; como en el momento de pedir un taxi en la gran ciudad, usar el sistema biométrico para confirmar una operación bancaria o verificar una tarjeta de crédito.

Por el contrario, las apps requieren de un mayor tiempo de carga, algo que va a más en el caso de no tenerla instalada. Mientras que en los navegadores es suficiente con dar con la URL adecuada, las plataformas de escritorio necesitan de una búsqueda en una tienda virtual y de unos minutos de espera. Eso sí, una vez hecho el trámite, su acceso es rápido y en un solo clic. Por otro lado, las páginas son multiplataforma, consumibles desde el aparato más pequeño hasta el televisor y respondiendo a una manera de presentarse muy parecidas entre ellas.

ACTUALIZACIÓN Y SEGURIDAD

Si ponemos el foco en las actualizaciones, la última versión diseñada por los desarrolladores, en los navegadores esto se da de forma automática, mientras que en las aplicaciones normalmente se pide un permiso y puede tardar un cierto tiempo. Por otro lado, en estas últimas se suelen corregir los errores y mostrar unas funcionalidades nuevas de forma más evidente y llamativa. Las redes sociales o las de mensajería instantánea son dos casos que reflejan lo comentado.

Y terminamos mencionando la seguridad. Normalmente, se les atribuye una capa extra a las apps, pues responden a unas exigencias extra por parte de las tiendas virtuales de iOS y Android, las dos más habituales. A su vez, contemplan métodos de autenticación de identidad más complejos en el momento de acceder a cierta información personal o sensible. Por otro lado, los portales web, pese a no disponer de tantas barreras de entrada, también presentan una protección muy elevada a sus usuarios.