Por EUGENIO SANGREGORIO / Ex diputado nacional en Italia por la Argentina
La Argentina puede tener su propio “milagro económico”. ¿Cómo lograrlo?. Para ello, la Argentina debe crear un centro industrial productivo alimenticio aprovechando el poder de tierras vírgenes que tiene para producir alimentos sanos, es decir, sin productos químicos.
La Argentina podría producir en un futuro alimentos para 850 millones de personas y tenemos una población de 46 millones solamente. Por lo tanto, el 90% podría exportarse a los países que no tienen alimentos.
Además, hay que terminar con esa idea de que “Argentina es el granero del mundo”, es hora de agregar valor a esos granos y vender alimentos elaborados.
Por otra parte, nuestro país debe fomentar la inversión de capitales de trabajo, no de capitales especulativos ni financieros, para darle un desarrollo y un crecimiento sostenido a las PYMES.
Para todo esto, Argentina necesita un socio estratégico y me pregunto: ¿qué mejor que italia?. Ya que los que vivimos acá somos el 50% descendientes de italianos. La poderosa y floreciente Italia puede darnos tecnología de avanzada. Ya lo hizo en los años 60 que hubo una explosión económica que hizo crecer a Italia. Por entonces, los italianos producían en casa y juntaban la producción, así se reconstruyo la economía italiana llegando a ocupar el lugar de 5To país más industrial del mundo.
Eso es lo que necesitamos aquí y para eso es necesario una Ley de Inversión, sin pérdidas de tiempo y dar impulso a la industria alimenticia.
Un dato importante: dentro de no más de 30 años habrá guerra por el agua. Argentina tiene el aquifero más importante del mundo. Porque no je damos curso a eso? Creando ya las empresas aquiferas.
El camino por el que está transitando la Argentina desde el 10 de diciembre de 2023, puede llevar al desarrollo y la multiplicación de su economía y volver a ubicarnos entre una de las “naciones potencias en el mundo”, como lo fuimos en otras épocas.
La explosión económica de las Naciones no es una novedad en el mundo. Hay experiencias internacionales que muestran que las operaciones económicas y los denominados “milagros económicos” existen, aunque en todos los casos esa es una forma de designarlos porque no son en realidad “milagros”.
Esos casos de recuperaciones económicas, no se dieron porque si, sino que son las consecuencias de decisiones políticas acertadas, que apuntan a fomentar la apertura de la economía, estimular la multiplicación de las escalas económicas por la acción de las iniciativas privadas y el capital. Logrando así, una vida mejor para los habitantes de cada una de las Naciones donde eso ocurrió.
Un caso emblemático e ilustrativo, fue el denominado “milagro económico italiano”, (del italiano: il miracolo económico) que es el nombre dado al periodo prolongado y de sostenido crecimiento económico en Italia entre los años finales de la Segunda Guerra Mundial y finales de los años 1960, en particular entre 1958 y 1963.
Este período representa un cambio fundamental en el desarrollo social y económico de Italia, ya que el país pasó de ser marginal, agrícola y pobre a una de las mayores potencias industriales del mundo. El cambio se debió a una serie de condiciones económicas, como el saneamiento macroeconómico, la apertura económica, un ambiente favorable a la inversión privada y la política de industrialización e innovación productiva.
Pero esa experiencia no es única de Italia, salvando las diferencias, también tiene cierto paralelismo con la recuperación de la economía española. Un espejo donde también podríamos mirar es el espejo económico y de superacion de la economía de Israel.
En ese caso, el punto de arranque es muy similar, porque aquella nación, padeció el mismo mal que hoy padece la Argentina, una guerra contra la inflación, recesión y una fuertísima depresión económica.
Todos los casos y todas las formas de superación económica de las naciones, de las que se tiene registro en distintos puntos del planeta, tienen un denominador común: la salida por el camino del capitalismo, del fomento de las iniciativas privadas, y del establecimiento de condiciones macroeconómicas sustentables.