La Ciudad de Buenos Aires tiene una variada oferta de paseos tanto para el turista como para el vecino. Entre ellas, está el Jardín Japonés, ubicado en el Parque Tres de Febrero del barrio de Palermo.
ASÍ NACIÓ EL JARDÍN JAPONÉS
Cuenta Marina Artese Grillo, en ItBuenosAires, que el Jardín Japonés fue ideado y construido por la colectividad Japonesa en 1967. El motivo de su construcción fue por la visita del entonces Emperador Akihito y de su esposa Michiko. Era un momento muy importante ya que se trataba del primer acercamiento verdadero de un integrante de la Familia Imperial Japonesa a nuestro país. “Me sentiré sumamente complacido si una visita nuestra, aunque sea de corta duración, nos permite servir de puente para un más estrecho vínculo”, sostuvo el Emperador en ese entonces. Luego se materializaron en el Jardín Japonés como una expresión viva de la eterna amistad entre Japón y Argentina.
Más adelante, este atractivo sería donado, mediante la Embajada Japonesa, a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Es un presente y símbolo de gratitud por recibir a la comunidad nipona en tiempos de inmigración. De esta forma, el vínculo que comenzó con la visita de Akihito hoy se nutre cada día con los visitantes que se acercan para conocer más esta cultura tan lejana pero, al mismo tiempo, tan cercana para nuestra ciudad.
Desde 1989, la Fundación Cultural Argentino Japonesa es la administradora del Jardín Japonés. Esto supone no solo su mantención, sino también la realización de actividades que promuevan dicha cultura. De este modo, el Jardín Japonés se transforma en un “museo vivo”, una experiencia full immersion. Asímismo, gracias a las visitas que recibe día a día, en 2004, la Secretaría de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires declaró al Jardín Japonés “sitio de interés turístico”. Cuatro años después, el Poder Ejecutivo Nacional lo ingresaba dentro de la categoría de “Bien de Interés Histórico Artístico Nacional”. Finalmente, en 2016, recibió la Distinción en Gestión Ambiental y Calidad Turística en Accesibilidad.
Con el paso del tiempo, el Jardín Japonés acrecentó su popularidad. En la actualidad, es considerado un “pequeño Japón en Argentina” y un “pulmón de armonía y tranquilidad en medio de la gran ciudad”. Verdaderamente cuando recorremos sus caminos y atravesamos sus pasarelas, sentimos que nos hemos transportado en el tiempo y en el espacio. Es difícil creer que aún nos encontramos en el corazón de la caótica Buenos Aires. Es un verdadero microcosmos. Asimismo, no cabe duda de que es uno de los sitios más visitados por los turistas locales e internacionales. Ellos buscan conocer las tradiciones orientales y también conectarse con la paz que transmite la naturaleza que vive en él. En pocas palabras, es un puente a la cultura japonesa, como había soñado alguna vez el Emperador Akihito.
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QUÉ SE PUEDE VER
El Complejo Cultural posee todos los ingredientes propios de la cultura japonesa. En él, encontramos plantas y flores simbólicas para el mundo oriental, como lo es la sakura: el cerezo en flor. Asimismo, no podemos olvidarnos del estanque de los peces Koi y el encuentro con diversos representantes de la fauna local y oriental. Además, encontramos distintos puentes que son el gran símbolo de la cultura japonesa y la imagen más representativa de nuestro Jardín.
De esta forma, podemos hallar un puente curvo de color rojo cuya disposición de los peldaños complica el paso de los visitantes. Es genéricamente llamado taiko-bashi y representa el recorrido sinuoso que debe atravesar el hombre para llegar a los dioses. En otro sector del Jardín, está un puente muy particular, el yatsu-hashi, también conocido como el Puente Zig Zag o “el de las decisiones”. Como su nombre lo indica, la tradición señala que las personas deben atravesarlo antes de tomar alguna decisión de gran importancia en sus vidas. Finalmente, el Jardín posee un Restaurant, un Vivero, el tradicional local de recuerdos, una sala de lectura y un salón de exposiciones.