Por MARTÍN BALZA / Ex Jefe del Ejército Argentino
Recientemente, en nuestro país se realizaron las elecciones conocidas como PASO (primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias). En la Antártida hubo una sola mesa habilitada para votar. Lo hicieron efectivamente 200 ciudadanos electores. La Libertad Avanza (que responde a Javier Milei) obtuvo 125 votos, Juntos por el Cambio (Patricia Bullrich) 60 y Unión por la Patria (Sergio Massa) 6. Tres partidos se repartieron los 4 votos válidos restantes.
El resultado enardeció al ministro de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, Walter Correa, quien según distintos medios lanzó públicamente la siguiente amenaza: “En bases de la Antártida ganó Milei y salió segunda Bullrich. Al rompehielos ‘Almirante Irizar’ lo mantiene el Estado, o sea que si gana Milei se van a tener que quedar en la Antártida y no van a poder regresar”. La incomprensible y ofensiva afirmación del funcionario provincial mereció el rechazo absoluto del jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (FFAA), general Martín Paleo. Ignoro si también lo hicieron otras autoridades, entre ellas: el Presidente de la Nación y Comandante en Jefe de las FFAA, y el ministro de Defensa.
La presencia de las FFAA en la Antártida se remonta a 1904 –durante la presidencia de Julio Argentino Roca– con un observatorio meteorológico en las islas Orcadas del Sur, y se consolidó paulatinamente a partir de 1948. El apoyo a las actividades científicas, en esa inhóspita zona, es una de las misiones secundarias del Instrumento Militar, y desde hace décadas conviven militares, civiles y familias (mujeres y niños).
La amenaza del ministro Correa es agraviante para toda nuestra sociedad. Desconoce que el presidente Roque Sáenz Peña calificó el sufragio como “la esencia de la soberanía”, y que reconocidos politólogos afirman que es la institución en virtud de la cual los ciudadanos eligen a los encargados de desempeñar los poderes públicos. También ignora que el sufragio es un derecho natural y político, que las elecciones son un acto esencial de confianza en la democracia que hace a nuestra convivencia, y que el objetivo de que un partido sea oponerse a otro por la oposición misma es la perversión del sistema republicano.
Finalmente, es triste comprobar que funcionarios públicos desconozcan que toda nefasta contaminación ideológica y partidista ha desaparecido de las FFAA, a pesar de los conocidos y frustrados intentos de algunos, principalmente en el presente siglo. A todos ellos les recuerdo que en 1954, siendo cadete, leí que el entonces presidente de la Republica dijo: “Las FFAA son la síntesis del pueblo. No pertenecen a un determinado partido o sector, ni pueden servir de instrumento a la ambición de nadie. Pertenecen a la Patria, que es el lugar común, y a ella se deben por entero”. Aún hoy, sigo valorando lo expresado.