El radicalismo se volvió kirchnerista

Por RAMIRO MARRA / Legislador porteño de La Libertad Avanza

El liberalismo es una filosofía política que defiende la libertad individual y económica como valores fundamentales. Desde hace algún tiempo, en nuestro país, la figura de Javier Milei ha ganado una gran popularidad en la sociedad gracias a su defensa del liberalismo y sus posturas contundentes tanto frente al gobierno como a una falsa oposición, que no hace más que avalar todo lo que el kirchnerismo quiere hacer en el Congreso. Justamente es esta la razón por la cual Milei es visto por muchos como una figura disruptiva y necesaria para romper con la política tradicional que ha gobernado el país durante décadas.

Recientemente, en un artículo de opinión escrito por Martín Tetaz publicado en La Nación, se criticó duramente a Milei y se lo catalogó como un “imposible”. Sin embargo, creo que esta crítica no está fundamentada en los hechos. El liberalismo es moralmente superior al socialismo en cualquiera de sus formas, y creer que cualquiera que grite sería igual de popular que Milei es no entender lo que pasa en la Argentina. En este país no hay un hartazgo en general, hay un hartazgo muy concreto frente a una lógica en particular que nos gobierna hace 100 años: la lógica de los políticos ricos y los ciudadanos pobres; la lógica llevada a cabo por el socialismo kirchnerista y radical.

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En primer lugar, el artículo hace referencia a la falta de experiencia política de Milei, pero creo que la experiencia política no es necesaria para ser un líder. El problema es que si la tan aclamada “experiencia política” nos lleva al lugar en el que estamos hoy, con 104% de inflación anual y casi 50% de pobres, no queremos tener nada que ver con esa experiencia. Lo que sí se necesita es conocimiento técnico y una visión clara sobre cómo solucionar los problemas del país y cómo arrancar de raíz la lógica de la casta política, y eso es precisamente lo que Milei tiene. No se puede ser un líder si no se sabe hacia dónde ir y cómo llegar a ese lugar. Javier Milei y todo el espacio de La Libertad Avanza se han encargado de promover hasta el cansancio, punto por punto, la estrategia económica y política necesaria para acabar con la inflación y terminar de una vez por todas con la lógica de la casta.

Con nuestro proyecto no podemos ir a medias tintas. Miren dónde nos llevaron el gradualismo y la tibieza. En la Argentina tenemos que hacer reducción del gasto público, eliminación de regulaciones innecesarias y liberación del mercado de forma inmediata. La evidencia empírica y los ejemplos de los países desarrollados del mundo están de nuestro lado. ¿Por qué el radicalismo tiene temor de admitir la verdad? Porque ellos son parte del derrotero argentino de los últimos 100 años.

Pero, ¿cómo llegamos a esta situación de crisis económica en primer lugar? La respuesta es simple: por décadas de políticas ineficaces y corruptas por parte de los gobiernos. Todos los políticos con sus propuestas populistas y sus intentos de controlar la economía, han llevado al país a la situación en la que se encuentra hoy. La corrupción también ha sido un factor determinante en esta situación, lo que ha llevado a una pérdida de confianza en la clase política por parte de la sociedad.

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Es por eso que el ascenso de Milei y su popularidad entre la sociedad no son una sorpresa. La gente está cansada de la política tradicional, de la corrupción y del estancamiento económico. Buscan una solución real a los problemas del país, y Milei es visto como un líder que puede ofrecer esa solución.

Uno de los errores más grandes que comete la fuerza “opositora” de Juntos por el Cambio y algo escrito particularmente en la nota en cuestión, es que piensan que el socialismo está muerto. No podrían estar más equivocados. El socialismo está vivo en cada uno de los políticos que creen que deben dirigir todos los aspectos de la vida de los ciudadanos. De qué vivir, cuánto ganar, cómo circular por la calle, qué comer, o cómo gastar tu plata. El socialismo no murió, convenció a cada uno de los políticos de este país.

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No me sorprende que haya figuras políticas en la supuesta oposición al kirchnerismo que piensen que el problema de Milei sean sus ideas, ya que la gran mayoría son radicales producto de la hiperinflación de los ‘90 y del fracaso económico del 2001, y como si fuera poco, pertenecen a la Internacional Socialista.

En conclusión, si lo que este artículo dice es que ustedes, de Juntos por el Cambio, van a pactar con el kirchnerismo para oponerse a las reformas de nuestro gobierno, sería bueno que se lo digan de frente a la sociedad así terminan de desintegrarse como fuerza política de una vez. Ustedes, los políticos, creen que los argentinos somos corderos que votamos cada cuatro años y mientras tanto debemos aceptar que arruinen el país porque a ustedes nos les conviene políticamente apoyar nuestras reformas. Pero nosotros no vinimos a guiar corderos. Vinimos a despertar leones. Y si ustedes deciden oponerse a las reformas que nuestro país necesita desesperadamente usaremos todos los atributos presidenciales para avanzar con las reformas y exponerlos a ustedes de cara a la sociedad.