La Ciudad no solo está reflejada la capital francesa sino también podemos ver partes de Londres, Madrid, Génova y hasta Pekín.
Es el barrio más chic de Buenos Aires. Cuenta con un despliegue de fastuosos palacetes construidos a imagen y semejanza de las grandes residencias de París.
Entre los más destacados se encuentran los palacios Fernández Anchorena, Duhau (hoy pertenece a la cadena Hyatt) y Errázuriz Alvear (actual Museo Nacional de Arte Decorativo), entre muchos otros.
No muy lejos de Recoleta, se encuentra el Bajo porteño. Allí está el nudo de comunicaciones de Retiro, con tres estaciones de trenes. Una de ellas, construida en un estilo eduardiano, inspirado en la Victoria Station.
Allí se levanta la Torre Monumental, un regalo de Inglaterra a la Argentina en 1910, por el centenario de la Revolución de Mayo.
Muchos barrios de Buenos Aires recuerdan a Madrid, Barcelona y otras ciudades españolas. Pero la calle más hispana es, sin duda, la Avenida de Mayo.
Dicen que un argentino es un italiano que habla español y que se cree francés. Algo de eso hay, porque la inmigración italiana fue más numerosa que la de la Península Ibérica.
El reflejo de aquellos años persiste en La Boca, sobre todo en la turística calle Caminito y otras adyacentes. Dichos lugares recuerdan a los barrios portuarios de Génova.
No toda la inmigración que recibió Argentina es europea, también lo es la de tierras más lejanas como China, Japón y Taiwán.
En la calle Arribeños, en el barrio de Belgrano, a partir de los años 80 se concentró un importante núcleo de familias asiáticas. En esa zona crearon un pequeño sector llamado, ‘Barrio Chino’.
El lugar ideal para encontrar especias, alimentos exóticos, objetos de decoración, revistas de manga y animé. Los fines de semana se llena de visitantes, especialmente durante la celebración del Año Nuevo Chino.