La historia de los juegos de apuestas en Buenos Aires

El juego de apuestas es una disciplina que se remonta a miles de años atrás en la historia de nuestra humanidad. Un sector que por ejemplo en Estados Unidos (uno de los países donde está más avanzado), las ganancias únicamente de instituciones de lotería y casinos físicos alcanzaron los 57,000 millones de dólares en 2006. En el mismo año, los ingresos generados por cines y música fueron de 20,000 millones, y los de las cadenas de restauración McDonald’s, Burger King, Wendy’s y Starbucks juntos, llegaron a los 28,000 millones. Datos bestiales.

En Argentina, los primeros resquicios de actividad de apuestas se registran hacia finales del siglo XIX. Entre 1870 y 1916, una de las actividades más populares entre argentinos era el Turf: básicamente, carreras de caballos en las que el público puede votar entre otros por el ganador, el segundo, tercero u otras modalidades como la imperfecta o la exacta.

El turf en Argentina era una disciplina cuya actividad estaba estrictamente reservada a la élite del país; sin embargo, las apuestas estaban abiertas a todo el público, y esto generó un boom en la popularidad de este deporte. El turf representó una válvula de escape para la clase obrera de Buenos Aires, que acudía cada domingo en masas al Hipódromo de Palermo (más tarde en 1935 abriría el actual Hipódromo de San Isidro) para asistir a las carreras en la pista ovalada.

Debido justamente a la gran popularidad de las apuestas deportivas, se crea en 1893 la Lotería Nacional, que empezó a organizar en ese entonces una única modalidad, la clásica lotería de toda la vida. Como la mayor parte de loterías del mundo, se creó con el objetivo de mejorar el estatus económico del agraciado ganador.

Desde 1944, la Lotería Nacional empieza a tener una estrecha relación con la ciudad de Buenos Aires, al cederle concesiones de varios casinos de la provincia y de incluso otras partes del país. En 1953, incluso empieza a gestionar y explotar los recursos del Hipódromo de Palermo y el de San Isidro.

En 1971, se aprueba el decreto de una nueva modalidad que dominaría el juego de apuestas, el Prode (Pronósticos Deportivos), cuya primera edición se jugó en 1972 y queda hoy en día como la edición más célebre de todas. Este era un juego de pronósticos en los que se intentaba pronosticar los partidos de la jornada del fútbol profesional (en ese entonces eran 13 partidos); se marcaba la victoria local, el empate o la victoria visitante. Si se acertaba en 10 partidos, se recuperaba el valor de la apuesta mínima, y la victoria se anotaba a las personas que acertaban los 13 partidos (más tarde fueron 14).

En la actualidad, aparte de las apuestas deportivas, los juegos más populares en los casinos y bingos de la Provincia de Buenos Aires son los tragamonedas. El auge de popularidad de estas máquinas de entretenimiento experimentó un crecimiento importante con la apertura de los primeros casinos online en el año 2002, que ofrecían entre sus modalidades una serie de juegos de tragamonedas en línea que empezaron a llegar a un número más grande de personas gracias a las nuevas tecnologías que promovieron la actividad en línea: Hoy en día se realizan desde la compra del supermercado hasta estudiar cursos que definen carreras laborales vía internet.

La Lotería Nacional llegó a su final en el 2018, luego de que casi todas sus funciones hayan sido traspasadas a la competencia de las ciudades y provincias. El Instituto de Juegos de Apuestas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires pasó a explotar el control de los juegos de apuestas en la Ciudad. El último gran cambio en el panorama de los juegos de apuestas en la Ciudad de Buenos Aires fue en el 2019, con la entrada en vigor de la reglamentación de los sitios de apuestas online. Hasta entonces, las plataformas de juegos de apuestas en línea no contaban con un marco de regulación. Gracias a esta legislación, se espera que el Gobierno de Buenos Aires ingrese entre los 350 y 500 millones de pesos al año.