El grave problema de tirar las colillas de cigarrillos en el suelo

A la hora de hablar del tabaco, la vida de los fumadores ya no es el único problema. Hace ya tiempo que también hay un perjuicio ambiental. Y es por los millones de cigarrillos que se tiran por día, algo que no puede ser ignorado. Arrojadas al suelo, las colillas son arrastradas por el agua y después de viajar por las alcantarillas, terminan en ríos y océanos.

PROBLEMAS DE TIRAR LAS COLILLAS DE CIGARRILLOS EN EL SUELO

SALUD

Cada año, se consumen en el mundo unos 6,5 billones de cigarrillos que son responsables de la muerte de más de 8 millones de personas.

Las colillas contienen numerosas sustancias tóxicas que quedan parcialmente retenidas en su filtro: nicotina, metales pesados (mercurio, plomo, cadmio, arsénico), ácido cianhídrico (utilizado en las cámaras de gas durante el Holocausto), hidrocarburos aromáticos policíclicos e incluso sustancias radioactivas como el polonio-210.

Es por esto que el tabaco es la primera causa de muerte evitable en el mundo, además de las millonarias pérdidas económicas que se producen en el sistema sanitario para intentar contrarrestar las enfermedades producidas por su consumo.

AMBIENTE

En este ámbito, se pueden definir tres tipos de problemas: el que causa el propio material de la colilla, los que causan los productos tóxicos que quedan retenidos en una colilla usada y el hecho de que suelen ser arrojadas encendidas.

Las colillas tardan en degradarse hasta diez años y pueden llegar a contaminar 500 litros de agua.

Dos tercios de las colillas que se arrojan al suelo en todo el mundo terminan en el mar, y a veces los animales las confunden con alimento.

Puesto que las colillas contienen filtros de acetato de celulosa, un tipo de plástico que no es biodegradable, permanecen mucho tiempo en el ambiente. Liberan lentamente los compuestos tóxicos que contienen y contribuyendo a la contaminación de los ecosistemas.

Actualmente, las colillas suponen el principal tipo de residuo a nivel mundial, especialmente en los océanos.

Además, no puede omitirse el hecho de que una colilla puede ser la causa de la ignición que inicie un incendio, algo que pasa en muchas banquinas de rutas cuando los conductores la arrojan por la ventanilla del coche.

EDUCACIÓN

Muchas personas evitan arrojar al suelo papeles, bolsas y otros objetos, pero después de fumarse un cigarrillo no tienen problema para arrojar la colilla al suelo. Esta actitud ha terminado dejando 72 billones de colillas en el medio, y son el segundo residuo más abundante a nivel global.

¿Y cuáles son las razones por las que se arrojan al suelo? Es evidente la falta de conciencia del problema, la normalización social y la falta de remordimiento, todo reforzado por modelos cinematográficos. Algunos fumadores argumentan que en la mayoría de lugares no hay dónde depositarlas. Dada la importancia del tema, ninguna es una razón de peso.

SOLUCIONES

Existen soluciones muy sencillas, como la generalización de ceniceros portátiles (ya existen unas bolsas ignífugas y herméticas que evitarían que las colillas acaben en el suelo).

Las colillas, una vez recogidas de forma selectiva, pueden valorizarse mediante reciclado y ser utilizadas para otro uso, por ejemplo como aislantes termoacústicos.

Otra alternativa para reducir el impacto de las colillas es eliminar los filtros de los cigarrillos, ya que diversos trabajos científicos, refrendados por la Organización Mundial de la Salud, han demostrado su poca eficacia para proteger la salud del fumador, siendo principalmente una herramienta de marketing que crea en el fumador una falsa sensación de seguridad. La alternativa sería la creación de filtros más eficientes cuya composición biodegradable reduciría su tremendo impacto a escala global.

Parece evidente que pequeños cambios sencillos en el comportamiento individual e institucional harían mejorar la situación relacionada con las colillas, incluso sin afectar demasiado a la libertad de los fumadores.