Por LISANDRO RAMELLA / Psicólogo social, consultor psicológico, onsultor en marketing político
Es evidente que somos seres emocionales que utilizamos la razón como forma de integrarnos a la cultura e intentar mantener una convivencia armoniosa. Ser seres emocionales significa que, aún utilizando la razón, nuestras conductas se explican, se predicen y se suceden a través de la emoción. Las emociones están presentes en nuestras vidas y nos llevan a realizar acciones, aún en contra de nuestra voluntad consciente. Esto es así tanto en la vida social como así también en la orgánica. A la realidad me remito: si una mala noticia nos produce un alto impacto, nos baja la presión de golpe. Si nos enojamos sobre manera con una situación, nos sube la presión de golpe. Si vivimos angustiados, tenemos problemas estomacales. Si estamos con estrés permanente sufrimos jaquecas y contracturas que, en algunos casos, impiden movilizarnos. Podríamos seguir con una gran lista de cosas que ejemplifica la relación entre las emociones (que no podemos dejar de sentir) y nuestro organismo.
Lo anterior también es evidente en nuestra vida social. Nos relacionamos con personas que nos hacen daño y repetimos el patrón. No podemos superar ciertos miedos aún cuando, desde lo racional, sabemos que es irracional el sentir miedo por una situación específica (pero no podemos dejar de sentir el miedo). En definitiva, la razón nos dice cómo son las cosas y cómo funcionan pero… No podemos dejar de sentir y, aún más, eso que sentimos condiciona nuestra conducta y repercute en nuestro organismo. Entonces, encontrar herramientas para gestionar las emociones, se hace sumamente relevante para tener una vida psíquicamente saludable. Aquí, el Stand Up Terapia viene a brindar ayuda al respecto.
“Cada función es un canal para poder expresar lo que en su momento sentí como un trauma y que hoy puedo contarlo; aceptándome, riéndome de mí misma; y logrando que otros se rían” (Eugenia Lapinta, cursante)
Es bastante conocida la relación entre las actividades artísticas y la psicología. El arte como forma de expresar aquello que no puedo expresar de otra forma, independientemente de la dimensión o expresión artística de la cual hablemos. El arte es una forma de expresión y en nuestras expresiones artísticas está implicado todo nuestro ser: cuerpo y psiquis. En el plano de la psiquis se implica tanto aquello que es consciente como también aquello que es inconsciente y así, el arte, nos sirve para entendernos mejor a nosotros mismos, para descubrir importantes cuestiones que no sabíamos y que explican nuestra conducta, nuestras emociones, nuestros resultados.
El Stand Up o comedia de pie se compone de una estructura particular de redacción realizada a través de premisas y remates que involucran el sentir de la persona, su actitud y la capacidad de resignificar aquello que siente y que comunica al público a través de sus premisas. En este punto, resulta una interesante herramienta para la auto indagación personal con un fin último que es artístico y que funciona como motivación adicional o principal, según sea el caso.
“Es Stand Up Terapia me ayudó a sacar afuera, con humor, temas muy profundos. Es mí cable a tierra, disfruto mucho comunicar de esta manera” (Yamila Torres, cursante)
Ahora bien, a esta altura del artículo es preciso aclarar lo obvio. El Stand Up no es una terapia. Si fuese una terapia no le agregaríamos la palabra “terapia” adelante. Sería como decir “voy a hacer una terapia terapéutica”. Así de ridículo sonaría y así de ridículo suena cuando alguien grita enojado “!El Stand Up no es una terapia!”. Bueno, con el mismo énfasis, respondo; ¡Claro que no lo es! Por eso es que le agregamos la palabra “terapia” adelante porque el Stand Up no es una terapia en sí misma. Sino que nuestro enfoque es terapéutico. Acerca de dicho enfoque quizás me explaye en próximos artículos, por ahora solo vale la aclaración para quienes son prejuiciosos y emiten juicios antes de conocer la realidad. También es necesario hacer una segunda aclaración; El Stand Up Terapia no pretende reemplazar a ningún terapeuta. Por el contrario, se trata de una actividad que se complementa perfectamente con cualquier otro tipo de terapia tradicional, como quien hace boxeo con fines terapéuticos y no con el objetivo de ser boxeador profesional. Así que nadie se enoje, ni el artista, ni el terapeuta.
Hacer Stand Up Terapia significa gestionar las emociones en pos del bienestar psíquico y espiritual a partir de la utilización de herramientas de la comedia que luego serán volcadas en un producto artístico que es el monologo el cual, posteriormente y mediante la puesta en escena, será llevado a un escenario para ser comunicado en una función ante el público presente, así de simple y así de complejo, como la vida misma.