Los legisladores Berenice Iañez, Claudio Morresi y Claudio Ferreño presentaron un proyecto de ley para restituir el nombre del Barrio Presidente Juan Domingo Perón de la Comuna 12.
Cabe recordar que en 1949, en los suburbios de la entonces Capital Federal, nació un barrio con características únicas. El gobierno peronista se propuso crear en un perímetro delimitado por la Avenida General Paz, la hoy Constituyentes y Crisólogo Larralde un área residencial compuesta por chalets californianos, basados en el modelo arquitectónico conocido como “ciudades-jardín”.
Se hicieron en total 428 casas, con distintos modelos. Sus residentes fueron mujeres con hijos, o familias que eran escogidas por intermediación de los sindicatos o la Fundación Eva Perón, que diseñó y financió el proyecto. Las casas se entregaron mediante créditos del Banco Hipotecario. Era la primera vez en la que la clase obrera habitaba viviendas de este tipo, tradicionalmente reservadas a las clases más acomodadas.
El comunero Pablo Ortiz Maldonado manifestó su intención de “restituir el nombre original del barrio Perón, sin sustituir el nombre de Cornelio Saavedra. Queremos que estén los dos nombres. Hy una reivindicación histórica, una defensa de nuestra identidad y es algo que queremos hacer para repudiar a la dictadura de Aramburu, a todas las dictaduras y para defender a los derechos humanos”.
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Por su parte, Berenice Iañez sostuvo que “la restitución del nombre al Barrio Presidente Perón nos trae memoria, identidad y pero también nos trae futuro“.
Claudio Morresi declaró que “en democracia tenemos que reparar los crímenes aberrantes que realizaron las dictaduras. Y entre las atrocidades que hizo fue cambiar el nombre del barrio. Haremos justicia cuando levantemos la mano para restituir el nombre”.
Para finalizar, el padre Domingo Bresci aseguró que “esta es una lucha por la identidad. Eso no es poca cosa. Una de las primeras cosas que hizo la Revolución Fusiladora fue el decreto para borrar todo: nombres, cosas. Y esa lucha por la identidad forma parte de la lucha por la memoria, la verdad y la justicia”.
Las viviendas del barrio tenían que cumplir una norma primordial: no podían superar en altura a la cúpula de la iglesia San Juan Bautista el Precursor. El templo católico actuaba de “vigía”: estaba en el centro geográfico del barrio, frente al parque (hoy denominado Carlos Mugica).
El Barrio Perón tenía una funcionalidad particular: estaba hecho para autoabastecerse. Dentro de su superficie se encontraba un centro comercial, una estación de servicio, un garage, una sucursal del correo, una farmacia y hasta un cine-teatro. La Escuela Naciones Unidas Nº19 es otro de sus símbolos, ya que allí asistían todos los niños y niñas del barrio. De esta manera, los vecinos tenían todos los servicios dentro de la zona y no era necesario que se movilicen a otros barrios.
En 1955, luego del bombardeo a la Plaza de Mayo, el Gobierno de facto modificó el nombre del barrio, que pasó a llamarse Cornelio Saavedra, y comenzó a cambiar su fisonomía. Además, al no poder pagar los créditos de las viviendas, algunos de los habitantes originales fueron siendo expulsados. Posteriormente, otros residentes aprovecharon el aumento del valor de las propiedades y las vendieron, dando lugar a variaciones en la arquitectura de las casas.
Hoy el barrio conserva parte de esas características arquitectónicas que lo hacen único en la Ciudad de Buenos Aires, sumado a su buen acceso desde General Paz. Además, es uno de los pulmones verdes de la Ciudad, un modelo de viviendas inclusivas y un símbolo vivo de políticas públicas que promueven la igualdad.