Suena el despertador un par de veces. Lo mirás y retrasás la alarma unos minutos más. Para cuando te querés dar cuenta, ya pasó media hora. Salís corriendo y ya con estrés el resto del día.
Si querés tener un gran comienzo de día, debés planificarlo previamente.
Desconectá unas horas antes de irte a dormir.
Apagá el celular al acostarte.
Asegurate de dormir lo suficiente.
Tener un buen descanso es vital para encontrarte bien.
Levantate de la cama y comenzá la mañana con la firme determinación de que hoy va a ser un día genial.
Planificá una labor importante o algo que te apasione para la primera hora de la mañana.
Intenta levantarte siempre a la misma hora.
Piensa en el conjunto y cómo estás consiguiendo que tu día a día cambie a mejor.
Evita el uso de dispositivos electrónicos y redes sociales al despertarte.
La primera comida del día es la más importante. Ingerir frutas, jugos exprimidos, entre otra variedades, es fundamental para comenzar la jornada con energía.