La legisladora porteña Graciela Ocaña afirmó que la reforma laboral “busca modernizar y ordenar” el sistema, pero advirtió que el proyecto “no se anima a tocar los privilegios de algunos sindicatos”.

“La reforma busca renovar las relaciones laborales, algo necesario para que los trabajadores que hoy están en negro pasen a estar en blanco. Sin embargo, hay aspectos que no van a modificarse, como los privilegios de la casta sindical, que parece que no se puede tocar”, sostuvo en FM Delta.
Ocaña remarcó que la Argentina necesita “una legislación moderna que le dé herramientas al pequeño comerciante”, y consideró que uno de los principales obstáculos para la creación de empleo ha sido el temor a los litigios.
“Muchos pequeños comerciantes no incorporan personal por miedo a los juicios laborales. Esta reforma ordena el sistema y permitirá superar ese miedo”, indicó.
También cuestionó a sectores del sindicalismo que —según afirmó— priorizan mantener sus estructuras antes que promover más empleo registrado.
“No diría que todos los sindicatos sean iguales, pero algunos se quedaron en el pasado y prefieren preservar una determinada cantidad de afiliados. Yo no conozco casos en los que bajen la cuota sindical para que haya más trabajadores en blanco. Siguen defendiendo privilegios que ya no corresponden”, dijo.
Por último, Ocaña apuntó contra ciertos sectores del empresariado: “Hay muchos empresarios que prefieren pactar con la corrupción antes que competir. Ese círculo vicioso también tiene que terminar”.











