La Plaza Islas Malvinas, ubicada en el barrio de La Boca, había quedado relegada frente a los grandes espacios verdes que la rodeaban. Su localización, encerrada entre complejos habitacionales en altura y atravesada por accesos con desniveles, tránsito pesado y la autopista, generaba inseguridad y una sensación de estrangulamiento. Además, los estacionamientos, veredas deterioradas y circulaciones obsoletas dificultaban la accesibilidad e integración con el entorno urbano y cultural.

Según lo detallado por el Gobierno de la Ciudad, se mejoraron los accesos mediante nuevos vados peatonales, la apertura sobre calle 20 de Septiembre y la desmaterialización del muro de contención, que permitió sumar espacios de estar y recorridos accesibles. También se colocó un semáforo para reducir la velocidad y garantizar cruces más seguros. El mástil y el mural de malvinas fueron puestos en valor, mientras que el sector de juegos se unificó e incorporó nuevas propuestas para todas las edades.


El patio de juegos sumó equipamiento para primeras infancias, como memoria fauna malvinas y lomadas tipo burbujas, además del juego existente renovado. Para las infancias más grandes se incorporaron un mangrullo faro y nuevos trepadores. Además, se diseñaron áreas de calma y sectores de estar.


La renovación incluyó también la instalación de equipamiento deportivo como mesas de ping pong y, bajo la autopista y en la Plaza Dique 0, un sector de calistenia y bicicleteros, fortaleciendo la integración con otros espacios de la zona.
