Por LUCÍA GASPARELLI / IG @lu_gaspa

En Perú 457, pleno corazón de San Telmo, abrió sus puertas +Arte, una nueva galería que busca darle visibilidad a los artistas emergentes argentinos y acercar sus obras a un público cada vez más diverso. La intención del proyecto es clara: ser un puente entre el talento jóven, los coleccionistas y quienes simplemente desean experimentar el arte como parte de su vida cotidiana.
Además de funcionar como espacio de exhibición, ofrecen también asesoría artística personalizada para coleccionistas interesados en invertir en el mercado emergente, así como exposiciones permanentes y virtuales que permiten acceder a las obras desde distintos puntos del mundo. Con esta propuesta, la galería se perfila como un nuevo actor dentro de la escena artística nacional.

La idea de crear este nuevo espacio, surgió de la inquietud de los fundadores por abrir un espacio que desborde los límites del circuito tradicional y dé lugar a nuevas voces—conciben la galería como un recipiente capaz de recibir, contener y potenciar distintos lenguajes y sensibilidades.
La filosofía detrás del proyecto entiende al arte como una experiencia emocional y transformadora, que no se reduce a las paredes de un museo ni a la posesión de una obra, sino que dialoga con la vida cotidiana y con la identidad de quienes lo disfrutan.

En ese sentido, +Arte se propone como una plataforma abierta. Un espacio donde puedan mostrarse no sólo artistas jóvenes, sino también aquellos que nunca se animaron a salir de su taller, que no se sintieron seguros para presentarse a un concurso o que no contaron con los medios para exponer. Bajo el lema de “crecer haciendo crecer”, la galería impulsa el mecenazgo como herramienta para apoyar a quienes aún necesitan un empujón para dar a conocer su trabajo.
Incluso, buscan tejer sus redes con galerías del interior y del exterior, generando un ecosistema artístico más accesible y colaborativo, donde la diversidad de miradas sea parte de la escencia del lugar.

Su primera exhibición, titulada Seducere, propuso un recorrido intimista y provocador en torno a la representación del cuerpo. El nombre de la muestra, tomado del latín “guiar por un camino diferente”, resume el espíritu de la propuesta: invitar al espectador a dejarse llevar por una narrativa visual que indaga en las múltiples facetas del ser humano.
La curaduría explora al cuerpo como espejo de deseos y contradicciones, capaz de transmitir tanto belleza como vulnerabilidad, dolor o placer. Lejos de limitarse a lo erótico, la exposición revela al cuerpo como un territorio simbólico atravesado por el amor, la intimidad, el poder y la identidad.

La selección incluye obras de artistas reconocidos como Antonio Berni, Carlos Alonso, Daniel Scafatti, Raúl Alonso Presas y Jorge Cogorno, junto con otros nombres clave del arte argentino contemporáneo. Diversas técnicas y recursos conviven en las salas, desde la pintura y el grabado hasta propuestas más experimentales, todas en diálogo con la sensibilidad del espectador.
Durante la inauguración, Verónica Strauss compartió su manera de entender la curaduría y el coleccionismo. Explicó que el trabajo curatorial se basa en generar un hilo conductor que permita al espectador transitar una exposición de forma armónica, sin interrupciones que rompan la experiencia.
“No quiere decir que estén atadas unas obras con otras, pero sí que ese camino se pueda comprender”, explicó.
Uno de los puntos que remarcó fue el peso de los títulos en las obras. Considera que muchas veces encasillan al espectador en una interpretación limitado y por eso prefiere la idea de usar códigos QR que amplían la interpretación sin condicionar la mirada.
“Lo más difícil para el artista es poner un título, porque muchas veces no refleja lo que quiso expresar o cambia con el tiempo. El espectador debería mirar la obra y entenderla desde la emoción que le genera”, señaló.
Strauss también trasladó esta lógica al coleccionismo. No hace falta ser un erudito ni especialista en arte para elegir una pieza. Según su visión, lo que importa es la conexión íntima que despierta una obra en quien la incorpora a su espacio cotidiano.
“No hay que ser un experto, lo importante es dejarse guiar por lo que emociona, porque al final esa obra va a estar en tu casa, en tu oficina”.
Incluso, relató su costumbre de colgar cuadros en lugares poco convencionales: baños, cocinas, pasillos o escaleras. En su caso personal, admite que algunas piezas se ‘vencen’ con el tiempo, como parte de un proceso vital de transformación y cambio de mirada.
“Hay cuadros que cumplen un ciclo. Uno va creciendo, va cambiando su modo de ver la vida y entonces esas obras ya no significan lo mismo que hace veinte o treinta años”.
Más allá de esta primera muestra, la galería busca consolidarse como un espacio vivo, donde el mecenazgo y el intercambio cultural tengan un rol central. La iniciativa se diferencia por su interés en generar un ecosistema colaborativo, en el que artistas, curadores y públicos se reencuentren con la experiencia de habitar el arte sin mediaciones digitales.
Con esta apertura, San Telmo suma un factor clave a su ya vibrante circuito cultural. + Arte se perfila como un espacio para descubrir nuevas voces, reencontrarse con miradas consagradas y, sobre todo, dejarse guiar por la emoción del encuentro con una obra.