El Gobierno porteño construirá un nuevo espacio verde en donde hasta hace poco tiempo funcionaba una playa de estacionamiento. El predio es lindero al famoso Mercado de Pulgas, uno de los paseos más distintivos del barrio de Colegiales, en el límite con Palermo.

Esta obra permitirá sumar superficie verde y mejorar la conectividad peatonal en la zona. En paralelo, vale mencionar que el Gobierno porteño finalizó la puesta en valor del Mercado, tradicional predio de compra y venta de antigüedades, como parte del plan de mejora constante del espacio público.

Según detallaron desde el Gobierno de la Ciudad a SECCIÓN CIUDA, la nueva plaza tendrá una superficie de 2.101 m². El proyecto incluye la plantación de 50 árboles nuevos —entre ellos jacarandá, fresno, pata de vaca, anacahuita y yerba de bugre— y la instalación de 37 luminarias LED para mejorar la iluminación de la zona y la seguridad.

En armonía con las formas de la estructura del mercado, se incorporarán pérgolas metálicas para crear superficies de sombra vegetada, que acompañará el uso del espacio como lugar de descanso, y se prevé la nivelación de bocacalles y el ensanche de veredas, con senderos accesibles que permitirán conectar peatonalmente el mercado con los espacios verdes existentes. En los alrededores se encuentran hoy la Plaza Mafalda y la Plaza Clemente.


FINALIZÓ LA PUESTA EN VALOR DEL MERCADO DE PULGAS
Durante mayo y junio, la Ciudad llevó a cabo trabajos de renovación tanto en el interior como en el exterior del predio del Mercado de Pulgas. Se trata de la renovación de un espacio que reúne a 167 locales en un gran galpón techado ubicado en Dorrego y Álvarez Thomas.
En el exterior, se ejecutaron tareas de limpieza, pintura de muros —con el color bordó pleno característico del logo institucional del mercado—, colocación de nuevas rejas en las vidrieras, recambio de cristales y renovación de la cartelería. En el interior, se intervinieron y cambiaron cielorrasos y se colocaron nuevas luminarias.
El tradicional mercado abre de martes a domingos de 11 a 19 y es conocido por su oferta de antigüedades y objetos de colección, y por ser un punto de encuentro para quienes buscan piezas únicas, muebles restaurados, iluminación, vajilla, esculturas, instrumentos musicales, artículos de arte o decoración. Por sus pasillos circulan tanto vecinos del barrio, como curiosos y turistas que encuentran allí recuerdos y objetos cargados de historia.
Su origen se remonta a 1988, cuando fue inaugurado en Dorrego y Álvarez Thomas. En 2006 debió ser trasladado temporalmente a otra manzana cercana, donde hoy está la Plaza Clemente. Pero, finalmente, en el 2011 fue reinaugurado en su predio original, y retornó al sitio en el que está funcionando ahora.