El barrio porteño de Flores tiene una superficie de 7,8 kilómetros cuadrados donde viven 143 mil habitantes. Es un gran centro comercial del oeste de la Ciudad de Buenos Aires y entre sus avenidas más importantes se encuentran Rivadavia, Gaona, Avellaneda, Nazca y San Pedrito.
Sus orígenes se remontan a principios del siglo XVII cuando el actual territorio de Flores pertenecía al Pago de la Matanza. En esa época, un viajero procedente de Perú, Mateo Leal de Ayala, adquirió una extensa propiedad en la zona. Luego, en 1790, las tierras pasaron a manos de Juan Diego Flores, convirtiéndose en el dueño de la mayor parte del primitivo predio. Fue su heredero, don Ramón Francisco Flores, quien junto con su apoderado y amigo Antonio Millán, cristalizó el nacimiento del pueblo cuyo nombre ya se había generalizado designándoselo como “las tierras de Flores”.
En el año 1806, los dueños donaron una manzana para la construcción de la iglesia y reservaron otros para la instalación de la plaza y dependencias públicas. El resto de las tierras se fraccionaron en manzanas de dieciséis lotes, que luego comenzaron a venderse. La actual avenida Rivadavia era el Camino Real, paso obligado para todos los que viajaban hacia el oeste.
El nombre del pueblo quedó oficializado en 1806 al crearse el curato de San José de Flores. San José fue el patrono elegido para velar por la capilla del lugar. Cuatro años más tarde surgirá el partido de San José de Flores. Por esta época era todavía una zona rural de la provincia de Buenos Aires, donde los vecinos más ricos tenían sus quintas, incluso Juan Manuel de Rosas.
La construcción de la iglesia actual comenzó en 1879 y el templo quedó inaugurado el 18 de febrero de 1883. Cuatro años después, Flores fue anexado junto a Belgrano, a la Capital Federal. Desde entonces, el barrio se convirtió en un gran núcleo social y comercial del oeste de la ciudad.
Flores es un barrio de cultura. Allí han nacido y vivido escritores como Oliverio, Girondo, Alfonsina Storni, Baldomero Fernández Moreno y Roberto Arlt, quien escribió gran parte de El juguete rabioso en el bar El café de las orquídeas, ubicado en Artigas y Yerbal. En tanto, Alejandro Dolina ha plasmado el misterio y las mitologías de Flores en sus Crónicas del Ángel Gris.
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En la actualidad, la arquitectura del barrio se caracteriza por la mixtura entre las casas clásicas de estilo art decó y art nouveau y los modernos edificios construidos en los últimos años. En su trazado, cuenta con avenidas muy concurridas y también con calles muy tranquilas. Sobre la avenida Rivadavia se extiende un gran centro comercial a cielo abierto y es la principal vía por donde circulan muchas líneas de colectivos, además de la línea A del subte. Hacia el norte, la avenida Gaona es otra salida hacia el oeste y también ofrece una variedad de locales comerciales. Las características del barrio de Flores lo convierten en uno de los barrios más misteriosos y heterogéneos de la ciudad de Buenos Aires.