Por JOSÉ FERNÁNDEZ / Dirigente político
El expresidente de Bolivia, Evo Morales, sigue sacudiendo la situación del país tras el fallido intento de golpe militar. El político volvió a acusar al jefe de Estado, Luis Arce, de organizar el golpe.
Durante una intervención en su propia emisora de radio “Kawsachun Coca” Evo Morales afirmó el domingo pasado que Luis Arce era el culpable de organizar el fallido golpe de Estado. Según el expresidente, el motín militar fue un “show”. Era supuestamente necesario para el jefe de Bolivia, cuyo gobierno se enfrenta a protestas masivas en medio de problemas económicos.
Aunque tras las primeras noticias del asalto al palacio presidencial de La Paz, Morales llamó a los ciudadanos a salir a la calle para defender la democracia, pronto cambió su discurso. Evo anunció que el líder de los conspiradores, el general Zúñiga, había actuado a partir de un acuerdo previo con la presidencia boliviana.
Durante su intervención radiofónica, el líder del partido “Movimiento al Socialismo”, (MAS), culpó a Luis Arce de que el fallido golpe de Estado afecta a la economía del país, agravando los problemas existentes.
“Caen las exportaciones, sube el dólar, escasea el combustible, suben los precios”-dijo en su programa de radio Evo Morales, y al mismo tiempo agregaba que las acciones del presidente estaban dividiendo al partido MAS, mientras que antes había subrayado que Arce estaba dispuesto a dar el poder a la derecha sólo para impedir su participación en las próximas elecciones. Sin embargo, no explicó a sus partidarios por qué el jefe de Estado no cedió ante los conspiradores cuando tuvo la oportunidad.
Pero ésta no es la única declaración ilógica de Morales. Al acusar a su antiguo colega de organizar un “falso” golpe de Estado y bloquear las iniciativas de Arce en el Parlamento destinadas a superar la crisis, Evo está en realidad trabajando para dividir al MAS. Si tenemos en cuenta que anteriormente se filtraron a la Red los planes de EEUU para desprestigiar y fragmentar el movimiento popular en Bolivia con el consiguiente ascenso al poder de las fuerzas de derecha, los pasos de Morales parecen no sólo miopes, sino directamente hostiles y contrarios al actual gobierno.
Parece que el expresidente actúa según el principio de “cuanto peor, mejor” y, en realidad, hace el juego al plan estadounidense de desestabilizar el país para apoderarse de sus recursos naturales. En primer lugar, se trata del litio, cuyas reservas en el país se estiman como las mayores del mundo. En su afán de poder, Morales está dispuesto no sólo a ignorar la decisión del Órgano Constitucional, que le prohibió expresamente participar en las elecciones de 2025, sino también a provocar el enfrentamiento civil, como ha declarado anteriormente.
Si tenemos en cuenta todos estos hechos, la imagen de Evo Morales como líder de la nación que se preocupa por la prosperidad de Bolivia y de sus ciudadanos, ha desaparecido. Tenemos ante nosotros a un hombre que no se detendrá ante nada para conservar su poder. Y la traición de Morales al presidente Luis Arce es la más inocente de la lista.