Cómo nació el Colegio Nacional de Buenos Aires

El Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA) es un colegio preuniversitario público de enseñanza secundaria laica de la Ciudad de Buenos Aires, dependiente de la Universidad de Buenos Aires. Otorga el título secundario de bachiller, y el de bachiller con mención para quienes cursen un sexto año, que cuenta con equivalencias con el Ciclo Básico Común de la UBA.

SUS ORÍGENES

En 1654, el Cabildo de Buenos Aires había encomendado a los jesuitas ocuparse de la educación de los jóvenes y recién en 1661 pudieron hacerlo en un edificio apropiado. Luego, se instalaron en la manzana, que hoy se conoce como “Manzana de las Luces” y, consecuentemente, allí fundaron el Colegio San Ignacio. Sin embargo, en 1767, los jesuitas fueron expulsados de América por orden del rey Carlos III  y el Colegio San Ignacio quedó abandonado.

Los alumnos llevaban como uniforme una capa negra, estola roja, bonete de tres picos. También, sobre el pecho un escudo de plata con las armas del rey. La disciplina del Colegio era muy estricta y se controlaba la posesión de armas y naipes, la higiene personal y la correspondencia. Cuando, en 1836, regresaron los jesuitas, se hicieron cargo, nuevamente, de estas instalaciones por un breve período. Finalmente, en 1863, sobre esa base se inauguró oficialmente el Colegio Nacional de Buenos Aires. A través de muchas generaciones de alumnos, fue un protagonista insoslayable de la historia argentina.

SU ARQUITECTURA

El actual edificio del CNBA fue proyectado, en el año 1906, por Norbert Maillart, también autor del Correo Central y del Palacio de Justicia. José Figueroa Alcorta y el ministro de Justicia e Instrucción Pública Rómulo S. Naón encabezaron el acto de colocación de la piedra fundamental en septiembre de 1910. Seguidamente, el CNBA sería inaugurado completo recién el 25 de mayo de 1938 por el Presidente Roberto M. Ortiz. El estilo predominante es el academicismo francés, destacándose el techo a mansarda, la imponente fachada con galería y los amplios claustros de techos altos en el interior.

Asimismo, el establecimiento cuenta con tres pisos (más un subsuelo y la mansarda). Dentro se encuentra el Aula Magna, inspirada en la Sala Principal de la Ópera de París, y equipada con un órgano de 3600 tubos (el más grande de la Ciudad). También sobresale la biblioteca de más de cien mil volúmenes, cuya hemeroteca es la más completa de Argentina en publicaciones del siglo XIX. En la terraza, hay un observatorio equipado con un telescopio, donde varios alumnos asisten a charlas, cursos y observaciones astronómicas. A su vez, el CNBA cuenta con un Microcine con capacidad para más de 200 espectadores, pileta de natación, un comedor, un archivo de discos, una vieja sala de tiro, gabinetes de Ciencias, Artes Plásticas y geografía y un salón de informática.

El libro Juvenilia, escrito por Miguel Cané, un ex alumno del Colegio, relata de manera sumamente detallada e interesante la vida de los adolescentes en esta institución en la segunda mitad del siglo XIX.

SUS EX ALUMNOS

De hecho, el CNBA albergó personalidades que estudiaron allí: Cornelio Saavedra, titular de la Primera Junta; Juan José Castelli, Juan José Paso, Manuel Belgrano, Mariano Moreno, Bernardino Rivadavia, Marcelo Torcuato de Alvear, entre otros.

Entre los alumnos que nos son contemporáneos (quienes hoy ocupan cargos políticos o artísticos), encontramos a Axel Kicillof, Martín Lousteau, Hernán Lombardi, Felipe Solá, Matías Lammens, Débora Pérez Volpin (fallecida en 2018), Diego Peretti, Juan Pablo Varsky, Mario Mactas, Martín Caparrós y Aníbal Ibarra, entre otros.

Por último, sin dudas, es un establecimiento histórico, emblema académico de la República Argentina. Continua siendo, junto con el colegio Carlos Pellegrini, uno de los colegios públicos más destacados y reconocidos por su nivel educacional.