Tras una investigación de seis meses y doce allanamientos, la Policía de la Ciudad desbarató una red narco internacional que contrabandeaba cocaína impregnada en prendas de vestir, con destino a Europa y Asia, en lo que se dio en llamar Operación Ropa Blanca.
Cinco integrantes de la banda, en su mayoría de nacionalidad china, entre ellos el jefe de la facción local, apodado Tony, fueron detenidos en el marco de la docena de allanamientos realizados por la Policía de la Ciudad en distintos barrios porteños y el partido bonaerense de Moreno. Asimismo, hubo un operativo en Corrientes que fue hecho por Gendarmería Nacional. Allí se detuvo al sexto integrante de la red.
Durante los allanamientos ordenados por el juez Pablo Yadarola también fueron incautadas armas y municiones de distintos calibres, tres autos, computadoras y más de 20 celulares, además de documentación propia de los imputados y de terceros.
Las tareas de investigación se iniciaron en diciembre del año pasado cuando la Policía de la Ciudad comenzó a seguir el rastro del responsable de envíos de encomiendas con ropa impregnada con clorhidrato de cocaína.
El delito fue detectado a través de un scanner de una empresa de correo internacional durante la revisión de un paquete destinado a encomienda. De allí se dio paso a la Aduana y luego a la Justicia que ordenó la investigación. Conocido el “modus operandi” otros de bultos similares fueron frenados, frustrando su envío a destino.
La investigación comenzó con la única pista que se tenía que eran los documentos de las personas que figuraban como remitentes de los bultos. Se trataba en su mayoría de personas, por lo general de barrios vulnerables que habían prestado sus documentos de buena fe.
De la recolección de los DNI para que figuren como remitentes del envío se encargaba una pareja que ofrecía dinero argumentando que los necesitaban para, por ejemplo, participar en sorteos. Una vez que poseían esos documentos hacían la gestión on line para tramitar el envío de la encomienda.
Además de los reclutadores de documentos y encargados de llevar la ropa embebida en droga, estaban los que hacían el proceso químico y la logística, todos de nacionalidad china, y el jefe de la facción local que también era chino.
Los investigadores sospechan que el cómplice internacional de la banda habría estado en el país hasta que se frustraron los envíos para luego darse a la fuga.
Los detectives estuvieron seis meses trabajando para la concatenación de los miembros de la banda, con tareas de campo, escuchas telefónicas y pericias tecnológicas, además de entrecruzamientos de movimientos bancarios.
También concluyeron que todos los contactos se hacían por WeChat, la app de mensajería que se usa en China donde no funciona WhatsApp.
Cuando el rompecabezas pudo ser armado por los oficiales, el juez Pablo Yadarola ordenó doce allanamientos en busca de cinco integrantes de la banda.
Tony, el jefe de la facción local, fue detenido en un allanamiento en Sarmiento al 2400, en Balvanera, a quien se le incautó un Volkswagen Vento, y cuatro celulares.
Un hombre y una mujer chinos fueron aprehendidos en una casa ubicada en Uruguay al 100, en Moreno, donde los oficiales incautaron una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros con numeración suprimida y cargado, un fusil Remington 770 308 win con mira telescópica, 61 municiones 7,62X51mm y 20 municiones calibre 9 milímetros.
Allí también secuestraron 1.629.670 pesos, una máquina demarcadora de fechas, tres relojes y una notebook.
Otra mujer china fue detenida en Miranda al 4200, en Monte Castro, donde incautaron un contrato de locación y documentación para la causa.
La restante mujer involucrada, en este caso argentina, fue detenida en Suárez al 400, en La Boca, y se trata de la pareja del detenido en Corrientes, con quien compartía el reclutamiento de documentos que figuraban como remitentes.
Por su parte, en otro de los procedimientos, en un garaje de Alberti al 200, en Balvanera, fueron incautados un Audi A4 y un Chevrolet Cruze, vinculados a la banda.