El mundo lleva inmerso en una pesadilla desde hace más de dos años. La pandemia que lleva asolando al planeta no entraba en los planes de ninguna persona racional, ya que parecería que solo pudiera acontecer una situación tan anómala en un producto de ciencia ficción. Es indudable que los gustos y preferencias de la población se han modificado durante todo este tiempo, generando una revolución a nivel tecnológico que ha llegado para quedarse.
La economía mundial también sigue inmersa en una crisis sin precedentes que no se sabe muy bien cuando devolverá esos indicadores a un status más normal. El mercado ha ido llevando a cabo una selección natural en los diferentes campos existentes, y se ha demostrado que llevar a cabo la reconversión hacia el mundo online era la única opción de supervivencia clara.
Hay algunos sectores que han sido abanderados a la hora de cambiar su modelo de negocio, fenómeno que se ha acelerado de manera ostensible con motivo de la pandemia. El sector del juego y las apuestas es un claro ejemplo de esta nueva realidad, una industria que está marcando un camino hacia una forma interactiva prácticamente en su totalidad.
El pasado año ya fuimos testigos de la consolidación de las máquinas tragamonedas online de forma generalizada en todo el mundo. Este nuevo curso seguirá esta tendencia por los mismos derroteros, consolidando aspectos como la calidad visual en 4K. Tampoco se debe pasar por alto la enorme revolución que ha supuesto la emisión en full HD vía streaming, una auténtica novedad a la que cada vez se suman más grandes masas sociales.
Después de esta tempestad económica que ha venido de la mano de la sanitaria, se espere que llegue la calma más pronto que tarde. En muchos casos es más un deseo y una necesidad que algo físicamente plausible, pero, aunque sea por todo el tiempo que se ha estado luchando por el Covid, se desea ver luz al final de este largo túnel.
La población mundial se merece noticias satisfactorias a nivel sanitario y económico. Aun seguimos en esa pesadilla llamada Covid-19, y se seguirá generando preocupación en la sociedad hasta que no se bajen los índices de contagio o la ocupación de los hospitales. El progreso tecnológico ha facilitado la vida en estos momentos tan duros, siendo uno de los pocos clavos ardientes a los que agarrarse después de la tormenta.