Por LISANDRO RAMELLA / Especialista en marketing y consultor psicológico
Lejos de lo que comúnmente (y lamentablemente) se cree, realizar Marketing Político no consiste en decirle a un candidato que sonría a la cámara o que se vista “correctamente”. Por el contrario, el Marketing Político (como así también el comercial) es una actividad compleja y multidisciplinar que apunta a brindar una (o varias) soluciones reales a problemas reales. El marketing resuelve y satisface necesidades, no crea las mismas y tampoco promete vanamente resolverlas.
Para poder dar solución con una o varias necesidades, se debe contar con una estrategia, un producto, un plan de acción que permita, planificadamente, dar satisfacción a los problemas que se suscitan, ya sea en un grupo de consumidores, un electorado, una población, entre otros. En este sentido, el Marketing Estratégico, nos ofrece tres preguntas para ayudar a configurar la competitividad de un candidato político y con ello, el acercamiento de dicho candidato a la solución de las necesidades que plantean quienes son sus potenciales votantes.
La primera pregunta es el “Qué”. ¿Qué necesidad satisfacemos? Hacerse dicha pregunta implica; primero identificar el conjunto de necesidades potenciales del electorado. Segundo, evaluar cuáles de esas necesidades son las más relevantes en materia de calidad de vida de los ciudadanos o de gravedad de la cuestión. Por ejemplo, en Argentina, en las zonas más bien urbanas, una necesidad principal es la seguridad.
La segunda pregunta es el “Cómo”. ¿Cómo satisfacemos la necesidad? Esta pregunta apunta a desarrollar el o los planes de acción concretos para la resolución. Es la propuesta pero no cualquier propuesta. Se trata de una propuesta orientada a una necesidad específica y no algo general e incierto. Se trata de responder sobre cuál es la propuesta específica que el candidato en cuestión tiene para resolver el problema de la inseguridad urbana.
Finalmente, la tercera pregunta es “A quién”. ¿A quién le vamos a satisfacer la necesidad? Por lo general, en una región, país, provincia, ciudad, etc., el conjunto poblacional suele ser bastante heterogéneo y por ende las necesidades o la percepción de las mismas, difieren. Así, algunos pueden entender a la inseguridad como principal problema mientras otros pensar en la falta de trabajo como lo más acuciante. Responder la pregunta “A quién” permite identificar y caracterizar el público objetivo del candidato lo cual es muy útil para, posteriormente, establecer una estrategia discursiva comunicacional.
De esta forma, respondiendo estás tres preguntas, logramos acercar el candidato a su electorado con una propuesta específica, concreta y real ajustada a las necesidades de sus potenciales votantes. Es por ello, que la respuesta a estas tres preguntas permite configurar la competitividad de un candidato político.