Por LISANDRO RAMELLA / Licenciado en Marketing y consultor psicológico
Asistimos por estos días a un evento dramático que podría haberse evitado. En Argentina solemos asistir a muchos eventos dramáticos y evitables de manera recurrente. Esta es la razón por la cual parece difícil de comprender por qué, si son eventos dramáticos que se suceden a lo largo del tiempo y en forma reiterada, no se toman las medidas necesarias para evitarlos.
Particularmente, estamos viendo los desenlaces que se puedan desencadenar respecto de lo que sucedió con el artista Chano Charpentier cuando en una aparente amenaza a un efectivo policial con una cuchilla, sufrió un disparo por parte de este último que lo tiene al borde del la vida y la muerte.
Se ha discutido en innumerables oportunidades sobre el uso o no de las pistolas taser. Al respecto no me concierne a mí opinar sobre el uso o no de las mismas, pero si me corresponde observar la necesidad de llegar a un acuerdo político y específicamente ejecutar un plan de equipamiento y capacitación de las fuerzas policiales que les permita desenvolverse en el ejercicio de su función sin correr riesgo ni para ellos ni para quienes son objeto de aprehensión o disuasión. Sobre esto último vale recordar que hace pocos meses atrás, un efectivo policial es asesinado por un atacante que lo hiere de muerte con una cuchilla en una esquina de la ciudad de Buenos Aires. Planteándose así una terrible lógica dicotómica para los efectivos policiales: defenderse de manera efectiva pudiendo producir un riesgo de muerte para el atacante o intentar disuadirlo poniendo en riesgo su propia vida.
En el caso específico de Chano se pone nuevamente de manifiesto la problemática del ejercicio de la política que menciono en diferentes oportunidades y que tiene que ver con las discusiones ideológicas que terminan aplastando a los problemas sin resolverlos. Invisibilizan el problema en una eterna discusión ideológica sin fin, pero el problema sigue estando y sigue generando graves consecuencias de manera reiterada y regular. En este caso se ponen en evidencia dos problemas. Uno de ellos la capacitación y equipamiento policial en el marco de una problemática principal que es uno de los principales reclamos de la ciudadanía; la inseguridad. Problema que no solo no se resuelve, sino que año tras año crece en cuanto a magnitud y complejidad, dicho de otra manera; cada vez estamos peor. Las discusiones se siguen suscitando, pero los problemas de inseguridad también. Así, vamos a seguir teniendo robos, asesinatos, familias destruidas, personas que tienen miedo de salir a caminar o abrir sus negocios. Lo importante es observar que, vamos a seguir teniendo problemas de inseguridad y que el problema va a seguir creciendo, poniéndose de manifiesto de manera recurrente e incesante y que para resolverlo no solo nos debemos quedar en discusiones, sino que estás últimas deben transformarse en planes de acción concretos.
En este contexto reitero la idea, propia del Marketing y más aún del Marketing Político entendiendo esto de ofrecer soluciones reales a problemas reales. En tanto las discusiones ideológicas pueden seguir suscitándose, pero en otros contextos ya que el ejercicio de la política debe ser resolutivo, al menos en lo que concierne a la función pública, para quienes son designados para ejecutar acciones de gobierno. Ya que, si las discusiones no tienen fin, los problemas tampoco tendrán fin.