Fachopandemia. La otra cara del COVID 19.

Por LISANDRO RAMELLA / Licenciado en Marketing y consultor psicológico

Gestionar la salud de un país no es sinónimo de aplanar la curva de contagios de un virus. En el mundo de las ideas, de las ideologías, es posible que se pueda sintetizar el término salud al de covid 19. Sin embargo, como siempre sucede, si se abandona el mundo de lo ideal y se pasa al mundo de lo real, la cosa es bastante más compleja. Dicha complejidad hace notar que, si se pretende gestionar la salud de un país entonces es necesario gestionar dimensiones sociales, culturales, educacionales, políticas y económicas porque todas esas dimensiones atienden al logro de ciudadanos sanos si se comprende por estar sano al logro de una plenitud física, mental y social. Considerando esto último, es preciso hacer notar que la gestión de salud actual va en sentido totalmente opuesto a lo que se puede hacer en términos de lograr la salud de los ciudadanos. Así lo reflejan algunos ejemplos como el de Luciano quien tiene treinta y tres años y una agencia de turismo la cual comenzó a desarrollar un año antes de recibirse de Licenciado en Turismo. Su condición socio económica de clase media baja no le permitió emprender el negocio de manera individual así que lo inicio en asociación con dos compañeros más de universidad. Con inteligencia, pasión y esfuerzo, alrededor de quince horas por día de trabajo de domingo a domingo, en diez años, la agencia prosperó y creció notablemente al punto de tener como planta estable a diez empleadas. La cuarentena impuesta en marzo de 2020 derrumbó en un año lo que a Luciano le llevó diez años. Con una angustia indescriptible el negocio se achico al mínimo posible y en la actualidad solo son los tres socios quienes intentan llevar adelante la agencia de turismo ya que debieron despedir a sus diez empleadas. Luciano, no soportó ver como su próspero negocio se derrumbaba como un castillo de papel y sus empleadas a las cuales había capacitado bajo la visión de seguir creciendo y consolidar un futuro juntos,

se tenían que ir a buscar otro empleo. Así, un día no resistió más y sufrió, con tan solo treinta y tres años, un ACV que marcará y condicionará su futuro para el resto de su vida. Luciano no tiene, ni tuvo Covid 19, pero Luciano está profundamente enfermo.

Antonio trabajaba en un banco y fue despedido del mismo junto a cientos de compañeros en la crisis económica de 2001. Con su indemnización y la de cuatro compañeros más formaron una sociedad y compraron una franquicia de una marca conocida para colocar tres cafés bar en diferentes zonas del microcentro porteño. Casi veinte años después la sociedad se había consolidado y empleaba a treinta y cinco personas. La cuarentena impuesta en marzo de 2020 prácticamente eliminó el negocio y en mayo de ese mismo año tomaron la drástica decisión de cerrar los tres locales. Treinta y cinco personas quedaron en la calle. La presión e impotencia por verse imposibilitado de resolver el problema hicieron que Antonio con sesenta y dos años sufriera un infarto agudo de miocardio. Después de pasar por terapia intensiva, Antonio inicio su proceso de recuperación, pero los médicos, su familia y sus ex empleados que también son sus amigos, coinciden en que su salud ya no será como la de antes. Antonio no tiene ni tuvo Covid 19 pero Antonio está profundamente enfermo.

Gastón tenía una cervecería artesanal en el barrio de Palermo. Sus momentos de mayor venta eran después de las 17hs donde numerosas personas dejaban sus trabajos y hacían lo que se conoce como “after office”. La cuarentena impuesta en marzo de 2020 quito de las calles al 100 % de sus clientes por lo cual el negocio quedó literalmente con ingresos iguales a cero. Ante la idea de que se trataban solo de quince días y luego otros quince y luego otros quince, Gastón se fue endeudando con el banco para poder sostener los gastos del negocio. Su mujer, de mente más fría, le aconsejo cerrar desde el principio y no endeudarse “si no entra plata porque no se vende, entonces no se paga y se cierra” le solía decir. Pero Gastón, un hombre apasionado y emprendedor, no soportaba la idea de tener que cerrar, pero finalmente, se quedó sin negocio, endeudado con su banco y divorciado de su mujer. También contrajo un insomnio prominente y una

visita mensual a su psiquiatra que le receta pastillas para dormir. Gastón no tuvo ni tiene covid 19 pero Gastón está profundamente enfermo.

Liliana es una mujer mendocina de treinta y ocho años de edad que hace diez años se radico en Buenos Aires por trabajo. Ella perdió a su madre cuando tenía tan solo dieciocho años y su tía, Roberta fue como una madre sustituta. Es por ello, que Liliana siente un profundo amor por Roberta y, a pesar de vivir en Buenos Aires, Liliana viaja dos veces por año a visitar a su tía en la provincia de Mendoza. La cuarentena impuesta en marzo de 2020 hizo que esos viajes fuesen imposibles. Por su parte Roberta se quedó sin ingresos allá en Mendoza ya que no podía ejercer su oficio de empleada doméstica debido a la imposibilidad de trasladarse. Roberta, angustiada, sin dinero e imposibilitada de recibir el afecto de su sobrina a la cual también consideraba como una hija, se enfermó. Con sus sesenta y seis años el uso de la tecnología no era su fuerte y el aislamiento se hizo presente en su máxima expresión. Un cáncer que había superado hacía años atrás reapareció con fuerza y en cuestión de meses se llevó a Roberta. Por su parte, Liliana, aunque intentó de todas las formas posibles, no pudo viajar a ver a su tía que consideraba como una madre. Las prohibiciones de la cuarentena y la burocracia estatal hicieron que los mil cien kilómetros que separan Buenos Aires de Mendoza parecieran más lejanos que la distancia a la misma Luna. No poder despedir a su tía antes de su muerte hizo que Liliana se subsumiera también en una profunda angustia que le disparó la presión arterial a cifras que amenazaban su vida no teniendo más opción que transformarse en una persona medicada con remedios para la presión. Liliana no tuvo ni tiene covid 19 pero Liliana está profundamente enferma.

Ricardo tenía un gimnasio en zona sur de la provincia de Buenos Aires. Era un lugar lleno de vida donde se promovía la actividad física y la vida saludable. Habría a las 8hs y cerraba a las 23hs de lunes a sábado. Pero la cuarentena impuesta en marzo de 2020 enfermó al lugar que tuvo que cerrar sus puertas. El dueño del local le dijo a Ricardo que no le cobraría el alquiler hasta que pudiera abrir sus puertas, pero Ricardo no veía nada positivo en acumular deuda de alquiler y tener que pagar al abrir sus puertas cosa que tampoco sabía bien a ciencia cierta cuándo sería, de qué manera sería y por cuanto tiempo sería. Así que, haciendo cuentas del alquiler, luz, gas, impuestos, empleados, etc., entendió que la mejor forma de seguir vivo era cerrar su gimnasio. Sus alumnos que valoraban mucho su condición de profesor de educación física lo instaron a que diera clases personalizadas al aire libre cosa que recién hizo allá por septiembre de 2020 cuando la cuarentena se flexibilizó de hecho. Sin embargo, las pérdidas que Ricardo soportó al cerrar su gimnasio lo llevaron a experimentar ataques de pánico lo cual lo fue invalidando de apoco a punto tal de no poder dar más clases personalizadas. Su psicóloga atribuye de manera directa sus ataques de pánico a las pérdidas sufridas por la cuarentena o al menos a estas últimas como un disparador de los ataques. Ricardo no tiene ni tuvo covid 19 pero Ricardo está profundamente enfermo.

Estos son solo cinco ejemplos de más de sesenta casos que el autor del presente artículo conoce de primera mano y que dejan a las claras que, si no se concibe a la salud como un tema complejo que abarca aspectos físicos, sociales, mentales y económicos, entonces tendremos, quizás con suerte, la posibilidad de decir que hemos bajado la curva de contagios de covid 19 pero a la vez que elevamos drásticamente la curva de enfermos con múltiples patologías diferentes. Es por eso, que nuestros gobernantes no deben cerrarse en opiniones y acciones inflexibles que solo atienden a un aspecto específico y muy diminuto de la realidad. Ver el tema de la salud solo como una taza o una curva de contagios de covid 19 es un error gravísimo, una simplificación extremadamente grave que atenta alarmantemente contra la salud de todos los argentinos, es decir, exactamente lo contrario de aquello que se dice que viene a proteger.