Hace once años, Deborah Kahan llevó a su bebé de casi dos meses a una guardia pediátrica para un control ante la aparición de un brote dérmico. Una enfermera tomó al nene para extraerle sangre: sin querer, le golpeó la cabeza contra uno de los bordes de la pantalla en la que se visualizan las radiografías. Rocco Grime Kahan era un bebé sano, pero el accidente lo dejó incapaz de valerse por sí mismo para siempre.

Tras el golpe en la cabeza contra uno de los bordes de la pantalla en la que se visualizan las radiografías, permaneció algunos días en terapia intensiva. Los médicos le daban pocas probabilidades de vida. “En los primeros dos años el gordito gateaba, caminaba normal y pensamos que lo que había sucedido había sido solo un susto. Pero faltaba el habla. Como ya tenía dos hijos, noté que Rocco babeaba más de lo normal. Lo llevé con un médico legista, le explicamos el caso y él indicó que urgente había que presentar un litigio”, contó Deborah Kahan, la mamá del niño en Será Justicia.

El diagnóstico del pequeño es “retraso madurativo severo, afasia mixta global severa que es secuela de la mala praxis médica. Es decir, 100% de discapacidad cognitiva, severa e irreversible”.
Desde hace años que la familia Grime Kahan lucha por el resarcimiento. En primera instancia, la Justicia falló a su favor. Sin embargo, los abogados de una de las partes demandadas José Norberto Villachica, Ricardo Alberto Ares y María Lorena Dominguez García y la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), la obra social del sindicato de los trabajadores estatales que dirige Andrés Rodríguez, trabaron el cumplimiento. Rechazaron esa indemnización vital.

“Nosotros, en primera instancia tuvimos un fallo favorable en la gran mayoría de nuestro reclamo inicial. La mala praxis se prueba desde el secuestro de la historia clínica donde figura quién lo golpeó, a qué hora y demás. Sin embargo, UPCN, encabezada por Andrés Rodríguez, apelaron todos los puntos que nosotros pedimos”, contó Deborah.

“Aclaro que la suma monetaria que reclamamos para Rocco es para una reparación integral, es decir que tenga garantizado sus medicamentos y tratamientos durante su vida. Pensemos que a él le espera una vida donde no podrá trabajar, siempre necesitará de terceros. No podrá autovalerse. Su discapacidad cognitiva es 100%. Su vida depende de mí, y cuando yo no esté, sus hermanos deberán hacerse cargo. No pedimos más que eso, una reparación integral”, sostuvo Déborah a SECCIÓN CIUDAD. A su vez, remarcó que “la Justicia ya nos asignó un monto que todavía no cobramos. Y aún sin cobrarlo perdimos un 80% por la desvalorización de la moneda. Solo no quedaría recibir el 20% de esa suma inicial”.
Según cuenta la mamá, la explicación que dan desde el sindicato para oponerse al pago tras el fallo es que “ellos no podían saber si lo que tenía Rocco era producto del golpe recibido en la clínica, sino que podría haber sido un sangrado espontáneo”. Pero la mujer de 40 años explicó que en el estudio que le hicieron a su hijo cuando lo golpearon, salió que tenía una “contusión cerebral”, es decir, un hematoma producto de un golpe.
Lamentablemente, esta no fue la única “excusa” que presentan desde el sindicato para no hacerse responsable: Dante, el segundo hijo de la familia, tuvo algunos inconvenientes para aprender y se escudaron de eso para poner más trabas.

“Los abogados de Andrés Rodríguez y UPCN dicen que Rocco tiene algo genético. Eso es mentira. Ninguno de mis hijos tiene problemas. Lo que le pasó a Dante es consecuencia de lo que le hicieron a su hermano. No tienen límites. Son desalmados”, afirmó Deborah, quien a raíz de eso le hizo un estudio genético y presentó para desestimar la consideración que hizo la obra social. Hace unos días atrás, la Justicia la incorporó a la causa.
“No hay resarcimiento económico que me va a devolver al Rocco que engendré. Es mi hijo y lo amo, pero mi hijo estaba sano y ellos me devolvieron otra persona. Pero Andrés Rodríguez, como secretario general de UPCN, se tiene que hacer cargo porque el gordito va a necesitar asistencia médica de por vida”, pidió Deborah.