ENTREVISTA (Por Aldana Genini) La activista ambiental Catalina Caillet-Bois
dialogó con SECCIÓN CIUDAD sobre porqué se dieron los incendios de humedales y cómo nos afectará en nuestras vidas.
Durante esta semana conocimos los incendios que tuvieron lugar en varias provincias, tanto en humedales cómo en otras áreas ¿Cuál es la razón de los mismos?
Hasta que no esté dictaminado por la Justicia es difícil decir con veracidad cuál es la razón. Hoy tanto en organizaciones como en medios, y según testimonios de ciudadanos, las razones que se barajan tendrían que ver con casos de nivelación para la ganadería en donde los incendios serían intencionales. Hay casos que tienen que ver con situaciones de sequía que suelen suceder en esta época del año consecuencia del cambio climático. En el caso de los humedales, además de los incendios, las mayores problemáticas son por la contaminación, con las alteraciones en la dinámica del agua, con exóticas invasoras, entre otras.
¿En dónde se dieron los incendios y cuáles fueron las zonas más afectadas?
Principalmente en el humedal que está en Entre Ríos lindero a Rosario. También la mayoría de los conflictos hoy están en Córdoba, en donde los incendios se dieron en reservas naturales protegidas y en lugares privados. También en Chaco, en Corrientes y la provincia de Buenos Aires.
¿Cuál es la importancia de los humedales para el medio ambiente y la de las áreas incendiadas en general?
Los humedales contienen mucha biodiversidad. Como todo recurso hídrico nivelan la temperatura. Son una gran herramienta de tecnología científica. A su vez, funcionan como enormes filtros, dado que purifican el agua naturalmente.

UN ECOCIDIO, DEFINITIVAMENTE
¿Por qué se habla de ecocidio?
Hay un sistema económico que sustenta los medios de consumo y producción. Eso lleva a que la biocapacidad argentina, los recursos naturales que poseemos, se disminuya cada vez más. Ecocidio es tomar decisiones políticas que tienen consecuencias directas. También se refiere a la negligencia de no tomar una decisión ante una situación en particular que puede aparejar consecuencias tanto directas como indirectas. Mi crítica actual, y que por esto también se le llama ecocidio, es que hay una deliberada intención de no actuar frente a esta situación con todas las herramientas disponibles para hacerlo. Existen dos leyes de presupuestos mínimos y un tratado internacional para que se tomen cartas en el asunto.
¿Cuáles son las consecuencias a corto, mediano y largo plazo?
Las consecuencias no tienen fronteras, repercute en todos. El problema no se lo queda ni Córdoba, ni Chaco ni Rosario. Al incendiarse los humedales, se pierden un montón de recursos naturales que nos habilitan a vivir como vivimos. Se pierden recursos genéticos, el conocimiento científico que te dan los humedales, la contención de la biodiversidad que se traduce en aumentos de temperatura. Eso es una consecuencia indirecta que es menos visible para el ojo humano. Hoy la gente no puede respirar en los lugares a donde llegó el humo, o sea que hay consecuencias de salud también.

¿Qué efecto podría tener en las ciudades?
Estas quemas aumentan la cantidad de emisiones de CO2 porque cuando se tala o quema un árbol el dióxido de carbono que retienen se libera. A la vez, se pierde la capacidad que tienen los árboles de regular la temperatura. La Ciudad de Buenos Aires tiene un compromiso enorme porque sabe que por sus características emite mucha más cantidad de CO2 que cualquier otra ciudad. Pero no alcanza con una ciudad comprometida. Hay otros distritos que no controlan, entonces además de un conflicto político va a haber uno social. Como consecuencia, crecen los mares, un problema para todas las ciudades costeras. Además de las olas de calor que son cada vez peores y los problemas que esto trae para la salud. Es muy importante tener políticas que además de adaptarse a las consecuencias las mitigue. Los recursos están, el tema es que si no hay voluntad va a terminar pasando lo mismo. La quema de humedales es uno de los muchos síntomas de una enfermedad.

¿Cuál es el rol que ocupa el Estado en toda esta situación y por qué aún no se ha tomado una decisión concreta?
El Estado debería generar las bases y las posibilidades para que el desarrollo sostenible suceda tanto a nivel público como privado. Para eso debe fomentarlo y ser el ejemplo. Si no se juntaron todavía para tomar una decisión tiene que ver con acuerdos políticos. La hermandad política no debe ir por sobre el mandato de los funcionarios que los llevó a estar ahí. Además tenemos que rever el vínculo que hay con las provincias, sobre todo con aquellas en donde están los mismos gobernadores desde hace más de 30 años. Esas son generalmente las que más problemas ambientales tienen. En Argentina todavía hay una resistencia entre lo ambiental y lo productivo. Para esto hace falta educar a los funcionarios en materia ambiental. Esto es lo que propone la Ley Yolanda presentada por la diputada nacional de Juntos por el Cambio Camila Crescimbeni, capacitación en educación ambiental y desarrollo sostenible al sector público. Lo que permitiría esto sería que cada espacio público tenga formación en perspectiva ambiental para aplicar a todas las políticas que haga.
¿Qué podemos hacer para que esto deje de suceder?
Ser el ejemplo. Empecemos viendo qué consumimos y no solo con respecto a la comida. Prestemos atención a quién le compramos, dónde compramos. Siempre considerando las posibilidades que tiene cada uno, por supuesto. En la Ciudad hay una oferta enorme que no se da en todo el país. Es muy importante informarse y también hay que acostumbrarse, porque es eso, un cambio de costumbre. Tenemos que ser conscientes y activos en el lugar en dónde vivimos, generar comunidad, conocer cuáles son los problemas de nuestro lugar y reclamar decisiones. Acercarnos a las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en nuestro barrio. La ciudadanía y las organizaciones de la sociedad civil tienen una posibilidad de protagonismo inmensa para llevar a cabo reclamos que muchas veces a los funcionarios les resulta más difícil. La participación ciudadana es muy importante.
SOBRE LA LEY DE BOSQUES
La ley de bosques que tenemos actualmente pone multas que exigen pagar montos muy bajos de dinero por desmonte, incendio, cambio de uso de suelo o la destrucción de bosques nativos, por lo que pagarlas para seguir destruyendo no es un problema. ¿Considerás que la ley debería reformarse?
Sí, hay veces que tienen la multa en el bolsillo para pagarla, pero la multa debería ser la última instancia. La Ley de bosques es una ley de presupuestos mínimos, por lo que los primeros responsables deberían ser los gobiernos locales. Entonces ¿dónde está el control del gobierno local?. La Ley de bosques nativos básicamente establece un semáforo en donde se delimitan las áreas rojas amarillas y verdes, en donde las rojas y amarillas no se pueden tocar. Cuando Nación recibe una denuncia corrobora por seguimiento satelital que esa denuncia es efectiva y se establece una multa. Lo que sucede es que no hay una consecuencia para la provincia, que sería el primer responsable, por lo que en mi opinión personal, esto no pasa sin conveniencia política. La Ley de bosques está bien hecha, habría que reforzar las normativas penales con respecto a los daños ambientales.
POR UNA LEY DE HUMEDALES
¿Por qué se pide una Ley de Humedales?
Si bien sería muy bueno tener una Ley de Humedales, hay que saber que contamos con un tratado internacional que habla sobre esto que se estuvo trabajando. Tenemos leyes de presupuestos mínimos (26.815) ya pautadas en las que la Nación tiene potestad para actuar en todas las provincias en cuestiones de protección ambiental en materia de incendios forestales y rurales cuando no hay cumplimiento. Esta ley crea el Sistema Nacional de Manejo de Fuego, que está a cargo del Ministerio de Seguridad de la Nación. Es decir que se tienen los recursos físicos y materiales para poder brindar ayuda en cualquier provincia. Otra Ley que existe es la 26.562 que refiere al control de actividades de quema, que afecta a todo lo que está pasando hoy en el país. Hay prohibición de realizar cualquier actividad de quema que no cuente con la debida autorización de la actividad competente local. Hoy por hoy ninguna de las provincias autorizó una quema, por lo que entonces la Nación cuenta con esta ley que la habilita a intervenir directamente. Es necesario determinar qué sucedió para actuar en consecuencia y que se repare el daño ambiental, que a su vez está contemplado en la Ley general del ambiente. Si ya tenemos normativas reclamemos a las personas que corresponden que sabemos que tienen las herramientas. Si nosotros no conocemos esas herramientas terminamos generando una excusa para que las quemas no sucedan cuando en realidad ya estaba todo dado para que no pasen. La mayoría de la gente no sabe que el Ministerio de Seguridad de la Nación puede combatir lo que está sucediendo, porque no saben que existe el Sistema Nacional de Fuego.
¿Qué puede pasar si no tomamos las medidas necesarias pronto?
Cuando los incendios cesen, esto no tiene que volver a pasar, porque si no hay una consecuencia concreta y clara los incendios van a ocurrir cada vez más seguido. Tiene que haber una decisión política de control real, así como entablar una conversación con los respectivos gobernadores y que haya una consecuencia para ellos también. Mucha gente perdió en su economía y esas son consecuencias sociales también. Si no hay una consecuencia para quienes tienen que ejercer el control, que son las provincias, esto no frena.